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¿Existe una deuda histórica con la hucha de las pensiones públicas?

Albino Prada – Comisión JUFFIGLO de ATTAC España

Ahora que se les dice a los pensionistas españoles, que están viendo como de forma acelerada sus ingresos se los come la inflación, que no hay dinero para que sus pensiones crezcan al menos como los precios; cuando también se les dice que no queda más remedio que jubilarse más tarde, y con menores pensiones iniciales, para que los ingresos mensuales por cotizaciones alcancen para pagar las pensiones de cada mes …

Ahora que el Fondo de Reserva o hucha de las pensiones se está quedando sin los 67.000 millones que llegó a acumular entre el 2000 y el 2011, se ponen sobre la mesa propuestas para cubrir el déficit del sistema con impuestos generales.

Sin duda existe margen para ello, puesto que si en España se recaudase en impuestos el mismo porcentaje sobre el PIB que la media europea ingresaríamos 70.000 millones más. Una cifra que cubriría tanto el déficit actual del sistema de pensiones (aun actualizándolas con el IPC y sin diferir la edad de jubilación) como nuestro déficit público total (sin tener que hacer recortes en sanidad o protección social).

Podría, sin embargo, objetarse que no debe mezclarse un sistema de cotizaciones (pensiones) con la financiación del resto de los servicios públicos -como, por ejemplo, la sanidad universal, que se financia con impuestos-. Pero sucede que esto ya se mezcló en el pasado, usando las cotizaciones al sistema de pensiones para financiar nuestra red hospitalaria actual.

DEUDA HISTÓRICA CON LA SEGURIDAD SOCIAL (1980-1995)

Lo recuerdan en un reciente informe presentado por el sindicato Comisiones Obreras para el Pacto de Toledo: «Las cotizaciones han servido en el pasado para suplir la insuficiencia impositiva y sostener la sanidad y otras políticas públicas, por la vía de la transferencia al Estado de los superávits del sistema de Seguridad Social que durante décadas no se destinaron a dotar al Fondo de Reserva. Aunque solo sirva como ejercicio didáctico, pues ninguna deuda se ha generado, si esta utilización de las cotizaciones sociales para fines adicionales al del pago de pensiones, se hubiera acumulado, hoy se dispondría de un Fondo de Reserva de 519.104 millones de euros, y no habría problema para financiar el aumento del gasto en pensiones provocado por el envejecimiento de la población» (ver aquí apartado 4.2.)

De manera que si en las últimas décadas del siglo XX los superávits de recaudación por cotizaciones a la Seguridad Social se hubiesen capitalizado (y no gastado en servicios que debían haberse financiado con impuestos) la hucha o Fondo de Reserva habría llegado al año 2011 con un volumen diez veces mayor del que llegó a alcanzar ese año. Y tendríamos margen para gestionar los actuales problemas de financiación de las pensiones durante no menos de quince años más.

Pero como en el pasado esos quinientos mil millones de euros en cotizaciones les ahorraron a la sociedad española otros tantos miles de millones de impuestos, parece de justicia que ahora nuestro sistema fiscal se ponga las pilas para cubrir las necesidades de sostenibilidad del sistema de pensiones. Digamos que la hucha de las pensiones tiene derecho preferente a una línea de crédito con los presupuestos generales. Una devolución diferida. Una super deuda histórica.

ESTIMACIÓN DE LA DEUDA HISTÓRICA

Por su parte las estimaciones de dos investigadores universitarios (consulte este documento en internet, Lecciones del pasado: el fondo de reserva que pudo ser y no fue) cuantifican estos superávits, entre 1980-1995, en no menos de nueve veces lo depositado en la hucha entre los años 2000-2008.

FONDO DE RESERVA REAL ACUMULADO (EN VERDE) DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Y EL POTENCIAL CON DEUDA HISTÓRICA DE 1980-1995 (EN AZUL)

pensiones

Fuente: Conde, J.I. y Jiménez, S. (2012) (aquí)

Pasaríamos así de menos de un 7% del PIB a más del 54% del PIB en la hucha. De 66.000 millones a más de 500.000 millones. En sus palabras ese: “hubiera podido ser el tamaño de la hucha si los excedentes de contribuciones se hubieran aplicado desde un buen principio en la sostenibilidad del sistema de pensiones y no se hubieran destinado a financiar parcialmente la sanidad”.

CONCLUSIÓN

En mi opinión la hacienda pública del Estado tiene una deuda histórica acumulada con la seguridad social y, por tanto, con los actuales pensionistas por esa multimillonaria cifra. Por impuestos ahorrados en el sostenimiento del sistema sanitario universal entre 1980-1995.

Lo que, al menos, exige que -cuanto antes- los gorrones fiscales se unan al ejército de costaleros (por medio de una reforma fiscal y de no primar el fraude con amnistías) y que, con esos recursos, en vez de pobreza galopante entre nuestros pensionistas estos tengan pensiones dignas. Es una deuda histórica.

Ello al margen de que proceda acometer cuanto antes una reforma estructural de la financiación de un sistema público que, en un mundo de galopante automatización, digitalización, externalización y desalarización, no puede seguir descansando en un impuesto sobre los salarios (más aquí).