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Putin ha descubierto cómo abrasar a fuego lento a Occidente

Publicado originalmente en Voxpopuli.com

Juan Laborda

¡Por fin la Unión Europea abandona, al menos temporalmente, el paradigma neoliberal e intervendrá el mercado de la electricidad! Lo suyo es un mea culpa y reconocer el más absoluto de los fracasos de la reestructuración de este sector. Sin embargo, aún no han entendido el origen de todo esto. Dentro de nuestro diagnóstico sobre qué ha provocado el repunte de precios, y que es previo a la invasión de Ucrania, que simplemente ha exacerbado y perpetuado dicho incremento, uno de los factores más importantes, el primero en orden cronológico, tiene que ver con una serie de desregulaciones que permitieron la expansión y el acceso a los mercados derivados de materias primas a especuladores y a fondos institucionales.

La aprobación de la Ley de Modernización de los Futuros de Materias Primas de Estados Unidos (Commodity Futures Modernization Act) en el año 2000 permitió la exención de la supervisión de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC) de la negociación de los derivados energéticos y alimentarios. Aunque los futuros agrícolas seguían estando regulados, los derivados extrabursátiles (swaps) negociados fuera de las bolsas reguladas, no lo estaban. Con la aprobación de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC), la Chicago Board of Trade (CBOT) aumentó constantemente los límites de las posiciones especulativas en sus mercados agrícolas desde principios de los años noventa. Estos límites, que habían existido durante décadas en 600 contratos por producto básico, aumentaron en 2005 a 22.000, 10.000 y 6.500 para el maíz, la soja y el trigo, respectivamente. Además, en 2004 la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC) relajó las normas de capital social, permitiendo a los bancos de inversión estadounidenses utilizar más apalancamiento y, por tanto, ampliar aún más sus actividades en los mercados de derivados agrícolas.

Estas decisiones contribuyeron a posibilitar el auge de las materias primas de la década de 2000 o el súper-ciclo de las materias primas, especialmente entre 2002 y 2007, y que ahora se repite desde mediados de 2021. Durante estos períodos, los precios suben más allá de lo que pueden explicar la oferta, la demanda y otros factores fundamentales. Eso es lo que ya pasaba desde inicios de 2021, antes de la guerra de Ucrania, donde la evolución de los precios de las materias primas obedecía a una burbuja especulativa, guiada por un proceso de propensión al riesgo de los inversores. Los procesos de aversión y propensión al riesgo no son simétricos, impactando mucho más en los precios, al alza, durante las fases de toma de riesgos excesivos, como los episodios 2004-2008, y la que se inició desde principios 2021. Es cierto que ésta última se ha retroalimentado a través de la guerra de Ucrania donde los problemas de oferta que está implicando hace que desaparezca una válvula de escape tradicional que suponía el estallido de la burbuja: la desaceleración y/o recesión ajustaba los precios a la baja.

El papel de los inversores institucionales

Dentro de la dinámica de la financiarización de las materias primas, destaca el papel desempeñado por aquellos inversores institucionales que comenzaron a incluir en sus carteras un porcentaje en materias primas como clase de activo. Realizan sus inversiones a través de amplios índices de materias primas. El papel de los especuladores de índices de materias primas y sus consecuencias negativas fue detallado por Michael W. Masters en su testimonio ante el Subcomité Permanente de Investigaciones del Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales el 20 de mayo de 2008. Masters respondió a la pregunta clave en su testimonio ante el Subcomité Permanente de Investigaciones del Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado de los Estados Unidos: ¿Contribuyen los inversores institucionales a la inflación de los precios de los alimentos y la energía?» Su respuesta inequívoca fue un claro «SÍ». En este testimonio, explicó que los inversores institucionales son uno de los factores, si no el principal, que afectan a los precios de las materias primas en la actualidad.

Para ello aportó datos. Los precios de las materias primas aumentaron más en conjunto durante el periodo 2002-2008 que en cualquier otro momento de la historia de Estados Unidos. Está volviendo a ocurrir desde mediados de 2021. En el pasado, hemos visto cómo los precios de las materias primas se disparaban debido a las crisis de suministro, como durante el Embargo Árabe del Petróleo de 1973. Sin embargo, en 2002-2008, 2009-2011 o en la actualidad, hasta el inicio de la guerra de Ucrania, a diferencia de episodios anteriores, la oferta era amplia. Si la oferta era suficiente y los precios seguían subiendo, entonces la demanda debe estar aumentando. Sin embargo, ¿cómo se explica un aumento continuo de la demanda cuando los precios de los productos básicos se duplicaron o triplicaron, dependiendo del producto específico, en el período 2002-2008?

Estos inversores representan ahora una media de contratos de futuros de materias primas en circulación mayor que la de cualquier otro participante en el mercado

Lo que sufrimos fue un choque de demanda procedente de una nueva categoría de participantes en los mercados de futuros de materias primas: los inversores institucionales. En concreto, se trata de fondos de pensiones de empresas y gobiernos, fondos soberanos, dotaciones universitarias y otros inversores institucionales. En conjunto, estos inversores representan ahora una media de contratos de futuros de materias primas en circulación mayor que la de cualquier otro participante en el mercado. Estas partes, asignan una parte de sus carteras a «inversiones» en el mercado de futuros de materias primas, y se comportan de forma muy diferente a los especuladores tradicionales que siempre han existido en este mercado. Michael Masters se refiere a ellos como especuladores de «índices» por su estrategia de inversión: distribuyen su asignación de dólares o euros entre los 25 futuros de materias primas más importantes según los índices más populares: el índice de materias primas Standard & Poors -Goldman Sachs y el índice de materias primas Dow Jones – AIG. Los activos asignados a las estrategias de negociación de índices de materias primas pasaron de 13.000 millones de dólares a finales de 2003 a 260.000 millones de dólares en marzo de 2008, ¡y los precios de las 25 materias primas que componen estos índices subieron una media del 183% en esos cinco años! Véase Cuadro 1.

Cuadro 1.- Compras de materias primas por parte de los especuladores de índices: 2003-2008

Fuente: Michael Masters (2008) y Elaboración Propia

Esta dinámica volvió a desplegarse desde 2021 y explicaba por sí sola el aumento espectacular de los precios de materias primas energéticas y alimentaria, previo a la guerra de Ucrania. Ésta última ha puesto sobre el tablero geopolítico un escenario de recesión global acompañado de una fuerte corrección en los precios de los activos financieros de riesgo –bolsa, bonos corporativos, bonos emergentes,…-. Paradójicamente, este factos solía activar una válvula de escape, el hundimiento del precio de las materias primas, que suavizaba y hacía transitorio los repuntes de inflación. Ello sin duda ayudaría en términos de política monetaria y política fiscal. Sin embargo, si la guerra de Ucrania se enquista, los precios globales de los productos agrícolas y de la energía pueden mantenerse altos en cualquier escenario. Entonces, el cóctel de guerra, desregulación de mercados derivados, concentración empresarial, financiarización, extracción de rentas, desigualdad, y austeridad fiscal hará estallar todo por los aires. Mientras tanto, Vladimir Putin, al fondo, entre bambalinas, bajo la tenue luz de una vela, fumándose un puro, y brindando con una copa de coñac, a nuestra salud. Ha descubierto cómo abrasar a fuego lento a Occidente. Y todo empezó con la desregulación de los mercados derivados de materias primas.