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Carlos Berzosa, Consejo Científico de Attac. Publicado originalmente para El Siglo de Europa.

Después de haber escrito el anterior artículo «Un momento decisivo para la Humanidad» me encontré en la Feria del libro de Madrid con el ejemplar ‘¿Tiene futuro el capitalismo?’ (Siglo XXI), una obra de cinco sociólogos, de los cuales sólo conocía a Wallerstein y a Craig Calhoun.  Un libro publicado en 2015 y que no dudé comprar, no sólo por la garantía de los dos autores que había leído, sino porque se enfrentaba a una problemática que había abordado en el artículo mencionado.

Los artículos resultan muy ilustrativos por su capacidad analítica, lo que no significa que haya coincidencia entre los autores, aunque tengan puntos comunes como exponen al final en unas conclusiones colectivas que llevan el título de «Seamos realistas». También firman conjuntamente la introducción titulada «El próximo gran viraje». Es aquí donde exponen precisamente las ideas de cada uno de ellos acerca del capitalismo. Plantean en esta introducción lo que les conduce a escribir este insólito libro porque algo importante se cierne sobre el horizonte: una crisis estructural mucho mayor que la reciente Gran Recesión.

Los autores plantea que algo importante se cierne sobre el horizonte: una crisis estructural mucho mayor que la reciente Gran Recesión

Immanuel Wallerstein explica las razones para predecir el colapso del sistema capitalista basadas en que esta situación histórica, por dinámica que sea, llegará a sus límites sistémicos, como ha ocurrido en todos los sistemas a lo largo de la historia. Durante los próximos tres o cuatro decenios, los capitalistas del mundo, después de saturar los mercados globales y presionados por los costes sociales y ecológicos de hacer negocios, podrían verse imposibilitados para tomar sus decisiones de inversión como de costumbre.

Randall Collins llega también a la conclusión del posible colapso pero por razones muy diferentes que ponen en peligro el futuro del capitalismo: las repercusiones políticas y sociales de que dos tercios de las clases medias educadas, tanto en Occidente como en el mundo entero, padezcan de desempleo estructural porque sus trabajos queden desplazados por la nueva tecnología de la información. Todo ello le lleva a considerar esta hipótesis. ¿Acaso el fin del capitalismo podría deberse a que ha perdido su amortiguador político y social de las clases medias?

Craig Calhoun afirma lo contrario, que un capitalismo reformado podría salvarse. El capitalismo podrá sobrevivir, aunque perdiendo parte de su capacidad de impulsar la integración económica global. Esta autor señala que el capitalismo no es únicamente una economía de mercado, sino una economía política. Su marco institucional depende de elecciones políticas, lo  que comparten  los otros cuatro autores.

Michael Mann está a favor de una solución socialdemócrata para los problemas del capitalismo, aunque pone énfasis en otras cuestiones que surgen de las múltiples causas que originan el poder y que incluyen, además del capitalismo, la política, la geopolítica militar, la ideología y la multiplicidad de regiones mundiales. Todo lo cual hace impredecible el futuro del capitalismo. La amenaza permanente, que es totalmente predecible, es la crisis ecológica que aumentará en el siglo XXI. Por ello, la solución a la crisis ecológica exige un cambio drástico de las condiciones institucionales de la vida actual.

Giorgi Derluguian cambia de tercio al mostrar el lugar real del experimento soviético, que terminó  por provocar su autodestrucción. Explica a su vez cómo China evitó el colapso del comunismo al tiempo que se convirtió en el más reciente milagro del crecimiento capitalista. El comunismo no fue una alternativa viable al capitalismo.

Un enfoque estructural  de todos los autores que se caracteriza por ir más allá de la evolución más visible y coyuntural a la que nos acostumbran los medios de comunicación. Se trata de encender las luces largas y no solamente las cortas. Un buen ejercicio para el debate que sirve para acabar con las certezas de los apologistas de un sistema en clara decadencia.