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Apenas queda tiempo para frenar el cambio climático

Xavier Caño – ATTAC Madrid

Los científicos lo confirman sin la menor duda: si no frenamos el cambio climático, la temperatura media global aumentará mucho más de lo aceptable para que la Tierra sea un lugar habitable. Si no lo frenamos ya, las consecuencias serán terribles. Y no es afirmación catastrófista propia de película de Hollywood sino conclusión científica. Un reciente dictamen de la Agencia para la Ciencia de EEUU asegura que 2015 ha sido un año récord en calentamiento global. Y un estudio de la universidad de Harvard de EEUU concluye que el nivel del mar, una de las peores consecuencias del calentamiento, subió año tras año de 1901 a 1990. Mala noticia, además, porque esa subida en los últimos veinte años ha sido mucho mayor que la prevista y eso no es nada bueno.

Lo que sabemos con certeza es que más o menos en los últimos dos mil años, el mar y su temperatura fueron estables. Hasta la revolución industrial del siglo XIX. Entonces empezaron las emisiones de dióxido de carbono y la subida del nivel del mar. Hoy, el Grupo de Expertos de la ONU ha calculado que en el siglo XXI el nivel de los océanos subirá  como mínimo 44 centímetros de media sobre los niveles de 1990. Y eso es mucho subir.

Otro estudio sobre consecuencias del cambio climático, denominado C3E, concreta que el nivel del mar subirá en las costas españolas en el siglo XXI de 60 a 80 centímetros sobre la subida que hubo de 1986 a 2005. Será así si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Según ese informe, la mayor subida de las aguas será en los deltas del Ebro, Guadalquivir y Guadiana y, si no se frena el cambio climático, en 2050 las playas españolas habrán retrocedido de 20 a 40 metros. Imaginemos lo que supondrá. Además grandes oleajes y fuertes vientos azotarán los puertos y las infraestructuras costeras españolas. La subida del mar, el aumento del oleaje y los fuertes vientos promoverán violentas galernas y las inundaciones de las costas serán más frecuentes e intensas.

Los daños causados hasta ahora por las emisiones de gases (subida del nivel del mar, mayor acidez de los mares o derretimiento de glaciares y hielos de los polos) serán crecientes si no se toman ya drásticas medidas para reducir y frenar la emisión de gases de efecto invernadero. Según los científicos de la ONU, de no poner remedio, la temperatura aumentaría hasta 4,8 ºC para 2099, cuando el máximo aumento de temperatura global soportable calculado por la ciencia es 2º centígrados. ¿Qué mundo dejaremos a nuestros descendientes?

El calentamiento es innegable y desde 1950 muchos cambios en el clima no tienen precedentes en los siglos anteriores. Hoy la superficie de la Tierra está mucho más caliente que en cualquier tiempo antes de 1850 y cada una de las tres últimas décadas ha sido más cálida que la anterior mientras las olas de calor son cada vez más frecuentes, intensas y duraderas.

Ante esta situación, la ONU promovió que los países decidieran voluntariamente sus volúmenes de reducción de gases de efecto invernadero. Pero ha sido un fracaso y las reducciones de gases así realizadas han sido tan ridículas que de momento vamos hacia un calentamiento global de 3ºC. Y 3ºC de aumento es multiplicar por tres veces y media las consecuencias del cambio climático sufrido hasta ahora según los mismos expertos. Más huracanes y más violentos, más deshielo de glaciares, más deshielo del Ártico y Antártida, mayor subida del nivel del mar, diluvios torrenciales más frecuentes y enormes sequías con sus correspondientes grandes incendios de bosques.

Para frenar el cambio climático no hay otra salida que reducir emisiones de gases de efecto invernadero. Lo de crear un ‘mercado’ de emisiones de gases para que los países que contaminan menos (por ser más pobres y menos industriales) vendan el ‘derecho’ a contaminar más a los países más ricos e industriales y que la suma de emisiones de ambos fuera un volumen menor de esos gases ha demostrado ser conpletamente inútil, además de una estupidez y una tomadura de pelo.

Hay que abandonar la energía con combustibles fósiles y sustituirla por energías limpias y renovables. Además de proteger los bosques, frenando las talas industriales que reducen la masa arborea del planeta. Porque los bosques son aliados de la humanidad para reducir los gases contaminantes.

Todo esto abordará el COP 21, la convención del cambio climático de Naciones Unidas, que será en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre. Ahí se deberían acordar medidas para que en 2050 se hayan reducido el 80% de emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo. Y así la temperatura global no superaría los 2º centígrados, máximo aumento para nuestra seguridad y vida en la Tierra. Y eso significa que los Estados deben cambiar sus políticas energéticas y reducir las energías contaminantes hasta eliminarlas. Sin excusas. Sí o sí.

Tal vez  lo expuesto parezca dramático  y desmesurado, pero nos conviene más trabajar contra el cambio climático sin rebajas, Si soy dramático, no perdemos nada por reducir emisiones de efecto invernadero porque limpiaremos la atmósfera y la estratósfera, evitando acumulaciones ideseables de gases contaminantes. Pero sí no hay dramatismo,  es cierto (que lo es) y no lo frenamos ya, no habrá remedio. Será tarde.

La amarga verdad es que, hasta hoy, las presuntas medidas internacionales contra el cambio climático han sido inútiles. Porque lo que hay que hacer es reducir de verdad las emisiones de gases de efecto invernadero hastar acabar con las mismas. No hay otra, porque ya no es exagerado decir que nos jugamos el futuro. Nos jugamos también, el presente.

xacata