Skip to content

El Ibex35 (Telefónica, Naturgy, Sabadell) y los gigantes silenciosos

Por Albino Prada, del Consejo Científico de Attac. Publicado originalmente en TemposDixital.

Hace siete años, en un libro detallado y bien documentado (Rubén Juste, IBEX35 , Capitán Swing, 2017), su autor contó la historia de nuestro índice bursátil con el hilo conductor de quiénes fueron -y de dónde vinieron- sus principales accionistas y directivos Baste señalar aquí que las veteranas plutocracias del franquismo y del Opus Dei se habrían ampliado con las de los principales partidos que lideraron la transición democrática, con personajes que en muchas ocasiones se mueven en las puertas giratorias no sólo de lo público a lo privado, sino también de la tercera vía a los caminos del neoliberalismo.

Lo que quiero destacar aquí es que el libro termina confirmando la paulatina presencia e influencia en el Ibex35 de los que el New York Times calificó como » gigantes silenciosos «, que en aquel momento ya eran los principales accionistas de la mayoría de las quinientas mayores empresas en Estados Unidos en 2016: Con Vanguard Group y Blackrock a la cabeza.

Bancos depositarios de fondos de inversión multimillonarios ( datos aquí ) que, al aterrizar en España de la mano de embajadores como Luis de Guindos, se convertirían, a partir de 2016, en los primeros accionistas de BBVA, Santander o Bankia, teniendo una presencia importante en decenas de grandes empresas, nominalmente españolas. El citado autor cerró su libro hablando del » nuevo estado del IBEX y los bajos fondos exteriores » (ver diagrama aquí ).

Esto resulta de gran interés para contextualizar ciertos movimientos actuales en las grandes empresas del Ibex35. Pues bien, tanto en el caso del BBVA como en el Sabadell, esos dos fondos mencionados tienen una presencia muy relevante, siendo el máximo ejecutivo del primero Carlos Torres (de la » familia McKinsey » según El País del 12 de mayo de 2024). Lo que también ocurre con Telefónica (con la entrada de la STC saudí ) y Naturgy (con la OPA de Taqa de Abu Dabi), que afrontan estas semanas adquisiciones de capital extranjero, compartiendo dichos fondos en posiciones de estas empresas con La Caixa.

Si en el primer caso se ventilan graves problemas de competencia bancaria, empleo y resiliencia financiera con la presencia de dichos fondos, en el caso de Naturgy hablamos nada menos que de la soberanía y transición energética del país, y en el caso de Telefónica su soberanía digital y big data .

En los tres casos, pero especialmente en los dos últimos, la entrada de capital público podría proteger dicha soberanía y competencia. Pero esta vía no parece ser del agrado del emporio Criteria-La Caixa para Naturgy, que busca un acuerdo con el inversor extranjero, y que también estaría reaccionando a dicha entrada -en el caso de Telefónica- yendo A todo esto con un mayor paquete accionario (ahora 8,5% Estatal y 5% La Caixa ).

En ambos casos el Gobierno parece estar dispuesto a compartir con La Caixa la defensa de la soberanía de dos empresas clave del Ibex, probablemente porque los recursos públicos que se necesitarían no están fácilmente disponibles y, al mismo tiempo, porque La Caixa es una de los pocos supervivientes financieros del tsunami del Ibex tras la crisis de 2008. Pues bien, como bien documenta Rubén Juste en su libro, tanto el BBVA como el BSCH son hoy en gran medida criaturas ligadas a los silenciosos gigantes norteamericanos, gigantes que también tendrán algo que decir. en el caso de Telefónica y Naturgy.

Centrado en un único interlocutor -La Caixa-, el actual Gobierno pecaría de exceso de confianza si deja la soberanía (energética o digital, nada menos que las dos transiciones en juego) en gran medida en manos de un grupo financiero privado ( nominalmente sin ánimo de lucro), grupo al que en su día se cedió lo que podría haber sido un agente financiero público ( Bankia ), lo que ahora mismo sería clave para que tuviéramos la competencia que nos falta en el sector.

En estos asuntos la llamada tercera vía parece renacer una y otra vez de sus cenizas en España, ahora a favor de recurrentes ganadores como La Caixa, y en compañía de silenciosos gigantes norteamericanos que no dudarán en disparar y vender activos. Por supuesto, confiar en esos ganadores y gigantes puede resultar muy caro.

Si el » punto final » prometido por el Presidente hace unos días no se materializa también en estos asuntos -y no define una hoja de ruta pública decisiva- , su proclamado distanciamiento de los intereses del Ibex35 habrá que tomarlo como pura retórica. .

ATTAC España, no se identifica necesariamente con los contenidos publicados, excepto cuando son firmados por la propia organización.