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Encabezada por Suiza y los Estados Unidos: la verdadera lista de paraísos fiscales

Eric Albert – LE MONDE ECONOMIE

A la asociación Tax Justice Network le preocupa la actitud cada vez más agresiva de Washington para recuperar el dinero extranjero.

¿Una lista negra de paraísos fiscales, con criterios objetivos y sin negociaciones secretas de último minuto? Sin parecido alguno con la polémica lista confeccionada por la (UE), en la que solo quedan nueve países, la de la asociación Tax Justice Network (TJN) se elabora cada dos años, examinando escrupulosamente ciento doce jurisdicciones. La última ha sido publicada el pasado 30 de enero y una vez más Suiza encabeza la clasificación, seguida por los Estados Unidos y las Islas Caimán.

«A diferencia de otras listas, esta no está basada en decisiones políticas», deja caer TJN. Así que Europa no está exenta: Luxemburgo ocupa el 6º puesto, justo por delante de Alemania, mientras que Guernsey ocupa el 10º. Tres jurisdicciones asiáticas se encuentran también en el Top 10: Hong Kong, Singapur y Taiwán.

Una de las principales aportaciones de esta clasificación es que deja patente el auge de los Estados Unidos. Clasificados en el 6º puesto en 2013, y posteriormente en el 3º en 2015, llegan ahora segundos. «Y si las cosas siguen así, es muy posible que encabecen la próxima clasificación», considera John Christensen, el presidente de TJN. La razón: la decisión política de los Estados Unidos de luchar firmemente contra los paraísos fiscales en el extranjero, al tiempo que se muestran muy laxistas en su territorio.

«Opacidad financiera»

El estudio de TJN va más allá de los simples paraísos fiscales para concentrarse en el concepto más amplio de «la opacidad financiera» de los países. El cálculo combina dos índices: la transparencia de una jurisdicción (intercambio automático de datos o no, existencia de un registro de beneficiarios de las empresas o no, etc.) y el tamaño de su sector financiero. Mediante esta combinación, TJN mide el impacto mundial del país sobre las finanzas dudosas (delincuencia financiera, evasión fiscal, blanqueo de dinero, etc.).

Si solo tenemos en cuenta la primera medida, los paraísos fiscales más cerrados son Vanuatu, Antigua y Barbuda y las Bahamas. Pero si integramos su importancia en las finanzas mundiales, Suiza (4,5 % de los flujos financieros internacionales) y los Estados Unidos (22,3 %) pasan a la cabeza.

En el caso de Suiza, TJN reconoce que se han hecho verdaderos esfuerzos, pero la asociación considera que estos son parciales y lentos. Si nos centramos en lo positivo, el país ha aceptado sumarse al acuerdo de intercambio automático de datos creado por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). la Confederación Helvética aplica esta medida, piedra angular de la lucha contra la evasión fiscal, desde el comienzo del año. Concretamente, esto significa que si un español tiene una cuenta en Suiza (declarada o no), las autoridades españolas deberán ser informadas de forma automática, sin necesidad de pedirlo.

Una actuación a dos velocidades

El problema, según TJN, es que Suiza ha optado por una actuación a dos velocidades: una cooperación ejemplar con los países occidentales, pero una verdadera renuencia a intercambiar datos automáticamente con los países emergentes. Es lo que la asociación denomina el enfoque «cebra». «Dinero limpio, blanco, para los países ricos y poderosos; dinero sucio, negro, para los países vulnerables y en vías de desarrollo».

Si Suiza es la historia de una mejora insuficiente, los Estados Unidos representan en cambio, una situación que empeora. Según TJN, la estrategia estadounidense se resume así: «Se defiende contra los paraísos fiscales extranjeros, al tiempo que es un paraíso fiscal para los extranjeros».

En el núcleo de este enfoque unilateral se encuentra el rechazo de los estadounidenses a sumarse al intercambio automático de datos de la OCDE. Washington no lo estima necesario, ya que tiene su propia legislación, vigente desde 2014, basada en el mismo principio: la ley de cumplimiento tributario de cuentas extranjeras (FATCA – Foreign Account Tax Compliance Act). El problema: esta ley es una profundamente desequilibrada, pues obliga a los países extranjeros a enviar toda la información que tienen sobre los ciudadanos estadounidenses, pero se muestra muy poco generosa a la hora de informar sobre los extranjeros que tienen cuentas en los Estados Unidos.

Delaware, Wyoming, Nevada: «El Salvaje Oeste» fiscal

Resultado, las instituciones financieras americanas se aprovechan de ello para ir a la caza de clientes, en especial en los países emergentes. «Han puesto en marcha un marketing muy agresivo en el ámbito internacional, un marketing que subraya el hecho de que la FATCA no es recíproca», explica el Sr. Christensen.

Al parecer les funciona: la cuota de mercado de los Estados Unidos en los flujos financieros internacionales ha pasado del 19,6 % en 2016 al 22,3 % actualmente. A esto se añade la actitud de los Estados de Delaware, Wyoming y Nevada, que permiten registrar muy fácilmente empresas testaferro y trust completamente anónimos. «Aquello es el Salvaje Oeste», estima el Sr. Christensen.

Por último, la clasificación de TJN es un poco indulgente con Alemania, que da largas en Bruselas para evitar la creación de un registro de beneficiarios de los instrumentos financieros, y que no se decide a firmar los acuerdos de intercambio automático de datos con los países emergentes. En cuanto al Reino Unido, su buen resultado (23er puesto, justo por delante de Francia, que ocupa el 25º puesto), se explica porque se toma de forma aislada, lejos de sus dependencias y de sus territorios de ultramar semi- autónomos: «La duplicidad es flagrante», concluye el Sr. Christensen.

Traducción para ATTAC España: Patricia Posadas

Ver el artículo en francés: http://www.lemonde.fr/economie/article/2018/01/30/suisse-et-etats-unis-en-tete-le-vrai-classement-des-paradis-fiscaux_5249347_3234.html#tLaPDI312ssZ1TIC.99

 

Corresponsal en Londres