Skip to content

Rebelión por el Clima

Alberto Fraguas Herrero
nueva tribuna

En estos últimos meses se ha venido hablando de Emergencia Climática, alertando de los enormes riesgos para la sociedad humana ante los desequilibrios globales que ella misma ha implantado, en un erróneo modelo productivo y de consumo.

El Cambio Climático es la respuesta a este modelo fallido en el que, sin embargo, se persiste sacando en ocasiones «conejos verdes» de una chistera cada vez más vieja, más ajada, más seca.

Los recientes incendios en la Amazonia han puesto en evidencia que la Emergencia Climática es una realidad y una necesidad que debe ser atendida no solo por las instituciones públicas sino por la propia ciudadanía en su conjunto, y que como tal debe implicar la puesta en marcha inmediata de acciones coordinadas de adaptación y mitigación del cambio climático desde todas las escalas de la Administración del Estado en la búsqueda del objeto central de su función como debe ser garantizar la seguridad global de los ciudadanos y ciudadanas a los que sirve.

La realidad es que son muchos los avisos dados desde el mundo científico y desde el propio sector ambiental. Muchos avisos, desde hace demasiados años con un tiempo de respuesta que se ha acortado. Dos últimos diagnósticos desde dos paneles de científicos internacionales nos dan nuevas alertas: el IPCC sobre riesgos climáticos y el IPBES sobre situación de la biodiversidad y los recursos naturales. Ambos inciden en la inviabilidad del actual modelo productivo y sobre los riesgos que el mismo conlleva para la ciudadanía especialmente en los países más vulnerables económicamente que sufrirán las consecuencias del cambio climático a pesar de las responsabilidades en su origen.

Acompañando al histórico e imprescindible activismo ecologista, hay diversas plataformas y movimientos que apelan a una urgente justicia climática y ambiental

Pero hoy vemos una respuesta más activa de la ciudadanía. Acompañando al histórico e imprescindible activismo ecologista, hay diversas plataformas y movimientos que apelan a una urgente justicia climática y ambiental. Así Juventud por el Clima y el Movimiento Fridays For Futur (derivado de la impronta mediática de Greta Thumberg) reúnen a una gran masa crítica de jóvenes, esencialmente de la comunidad educativa, que han llegado para luchar por su futuro y que son un nuevo altavoz en la histórica reclamación del ecologismo y los movimientos de alterglobalización, hacia un modelo más justo, más equilibrado en lo ecológico y en lo social. Un movimiento de renovados bríos y nuevos métodos que se asienta en la labor de estos movimientos ecologistas de corte digamos clásico, pero que lleva la acción a un nuevo estrato social de jóvenes e incluso adolescentes que, en base a la icónica figura de Greta, ven que el Planeta donde desarrollarían su deseable larga vida se deteriora y, con ello, su futuro. Es por ello por lo que el nuevo discurso es, desde su base, el mismo discurso crítico de la Ecología Política como transformadora de la realidad social.

Pero un nuevo movimiento emerge a su vez, y debe resaltarse en tanto concentra y coordina todos los anteriores, pretéritos y actuales. Se trata de la «Plataforma Rebelión Por El Clima 2020» donde se asume que la respuesta institucional es insuficiente ante la gravedad de la realidad y que es necesario ir más allá para lo que es necesaria una amplia movilización social. El punto y señal de partida será la Huelga Mundial por el clima convocada el próximo 27 de septiembre, además de multitud de actuaciones de más de 100 organizaciones que conforman esa Plataforma ciudadana.

RxC 2020 tiene unos objetivos muy concretos:

  • Asumir la urgencia de la situación poniendo el foco en el último informe del panel de expertos internacionales del IPCC de Naciones Unidas en cuanto a la necesidad imperiosa de reducir emisiones de gases generadores del calentamiento global en un 50% para 2030 con respecto a 2010.
  • Abandonar por completo los combustibles fósiles en una transición que asegure el 100% de energía renovables redefiniendo todas las planificaciones estratégicas sectoriales (industria, transporte, agua, regadíos, ordenación territorial, etc…), para reducir emisiones netas de CO2 y poniendo en marcha políticas activas en materia de biodiversidad en el medio rural, pero también urbano, como factor esencial de adaptación y mitigación del cambio climático.
  • Hacer hincapié en que este cambio climático ahonda en el desequilibrio social,haciendo más vulnerable a quien previamente ya lo es y por tanto abriendo más la brecha de la desigualdad y ruptura de la cohesión social. Las acciones de lucha deben primar la economía social y de proximidad en un esquema de sostenibilidad socioecológica y bioeconómica.
  • Insistir en sensibilizar a la ciudadanía de que el cambio climático es el indicador de un modelo, productivo y de consumo, fallido que lleva a la mercantilización de la sociedad y que es preciso rectificar.

Estos objetivos no son nuevos, vienen de reclamaciones de hace muchos años, casi décadas. Lo que sí es nuevo es la urgencia que ya existía en esos años pasados y que por tanto hoy es máxima. Hoy ya toca perturbar, incomodar, alertar, despertar, actuar. Esto es Rebelión por El Clima 2020. La ciudadanía debe sentirse en su acción y contribuir a ese despertar. Ya nadie puede mirar para otro lado.


Alberto Fraguas Herrero | Observatorio de Ecología Política de ATTAC