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Deudas públicas: mejor lejos de los mercados

Por Albino Prada

El Fondo Autonómico de Liquidez (FLA) aprobado en plena salida de la crisis de 2008 tiene como objetivo explícito que el Estado preste dinero a las Comunidades Autónomas para que no tengan que acudir a los mercados financieros privados. Porque tendrían muchas dificultades para encontrar financiación o esta sería muy cara.

Es este un muy buen ejemplo de lo que planteo en mi reciente ensayo «¿Sociedad de mercado o sociedad decente?» (Universidade de Vigo, 2023). En él propongo que no pocas cosas debemos alejarlas de la lógica de los mercados privados si queremos tener una sociedad decente. En este caso decente supone poder financiar, o no, los servicios públicos básicos que prestan las CC.AA. en el Reino de España.

Como el FLA ha estado operativo desde 2012 hasta ahora, puede tener interés evaluar si los costes del endeudamiento regional (los intereses anuales pagados sobre la deuda regional total) son diferentes en las CC.AA. que hicieron mucho uso de dicho FLA y en las que no hicieron uso del mismo.

Cataluña y Madrid son dos ejemplos de esta asimetría porque Madrid no consta que haya hecho uso de ella (Banco de España, página 274 del Boletín Estadístico de septiembre de 2023), mientras que en Cataluña 84 de cada cien euros de su deuda durante esos años fue prestado por el Estado. Madrid financia todo su endeudamiento en los mercados financieros privados mientras Cataluña sólo uno de cada cinco euros de deuda.

Pues bien, los datos relativos a los pagos de intereses del último año disponible (2021 con datos del Ministerio de Hacienda) informan que la Comunidad de Madrid pagó más intereses que Cataluña, aunque su deuda autonómica no llega a la mitad de la deuda catalana (87.000 millones en Cataluña y 38.000 millones en Madrid). Con los que los prestamistas privados de la capital del Reino de España deben estar contentos y sus ciudadanos muy preocupados. También la Galicia de Núñez Feijoo imitó el modelo centrípeto de la ortodoxia neoliberal, cargando los costes y daños sobre el bienestar social.

Sin embargo la Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha o Murcia tomaron el otro camino. Hicieron un uso intensivo del FLA y, por tanto, con altos niveles de endeudamiento regional (como Cataluña) soportan unos costes de intereses anuales por cada euro de principal que están por debajo de la mitad de la referencia en Madrid. En gran medida estamos en presencia de CC.AA. con un fuerte dinamismo demográfico que de otro modo no habrían podido afrontar un creciente gasto público (para no deteriorar la sanidad y educación sobre todo) con el actual modelo de financiación autonómica.

Más allá de esta asimetría (los que pasaron por el mercado pagaron mucho más, y los que pasaron por el FLA ahorraron en intereses) también se puede observar que el aumento del endeudamiento fue muy intenso en estas CC.AA. Si entre 2008 y 2023 la deuda autonómica sobre el PIB aumentó dieciséis puntos de media en el Reino de España, en la Comunidad Valenciana fueron treinta y un puntos, en Murcia veintinueve y en Cataluña veintidós.


Con lo que la deuda autonómica actual de Cataluña como porcentaje de su PIB es del 32 %. Incluso con una reducción del veinte por ciento en el FLA, su nivel de endeudamiento seguiría estando por encima de la media española para el conjunto de las CC.AA. que está en el 23 %.

Acabo ya. La financiación por vía pública con el FLA, frente a la opción privada en su ausencia, supuso un gran ahorro especialmente para los contribuyentes de Cataluña, Valencia o Murcia, y la posibilidad de paliar así un creciente déficit de financiación (especialmente para hacer frente a las demandas derivadas de la inmigración y demografía), pero el problema subyacente sigue ahí. Pues en el conjunto del Reino de España sólo con una reforma fiscal fuertemente progresiva dejaremos de alimentar una bola de nieve de déficit y deudas públicas (central y autonómica) que erosiona y corroe el bienestar social. El FLA aquí analizado (así como el Fondo de Facilidad Financiera) en este sentido no son más que parches que no resuelven el problema estructural.

Nota.- Este análisis se traduce del original en gallego divulgado  en el portal “Tempos Dixital”, su autor acaba de publicar el ensayo “¿Sociedad de mercado o sociedad decente?” (Universidade de Vigo, 2023)