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Distensión con Rusia en lugar de Guerra Fría 2.0.

Declaración de la Red Europea de Attac en el 80º aniversario de la invasión de la Unión Soviética por parte de la Alemania nazi

El 22 de junio se cumple el 80º aniversario de la entrada del ejército nazi en su ofensiva de invasión de la Unión Soviética.

Desde el principio, esta guerra ─a diferencia de la desarrollada en la parte occidental de Europa─ se planificó como una guerra de exterminio por motivos raciales. En el llamado Plan General del Este se planeaba el exterminio del 50-60% de los “subhumanos eslavos” en la parte europea de la Unión Soviética. Otro 15-25% debía ser expulsado detrás de los Urales y el resto debían ser convertidos en trabajadores esclavos de la “raza superior aria”.

Para la preparación psicológica de la población alemana con respecto a la guerra, la ideología de los “subhumanos eslavos” y la “conspiración mundial judío-bolchevique”

fue ampliamente difundida de forma propagandística. La barbarie nazi costó la vida a 27 millones de personas en la Unión Soviética.

Estas atrocidades no deben olvidarse ni relativizarse. Aunque la singularidad de la Shoah no esté en cuestión, la guerra de exterminio en el este de Europa también implica una responsabilidad moral y política para los alemanes

Hoy en día, esto significa aceptar el principio de seguridad indivisa tal y como se practicaba en la Ostpolitik de Willy Brandt, es decir, la idea de que la seguridad sólo puede lograrse conjuntamente y teniendo en cuenta los intereses de seguridad de la otra parte.

Significa una política activa de distensión en lugar del despliegue de la OTAN, el rearme y la Guerra Fría.

Significa diálogo político para resolver los conflictos en lugar de confrontación y división del mundo de nuevo en campos hostiles.

Significa cooperación y relaciones de buena vecindad en lugar de una política de sanciones.

Y también significa poner fin a la creación de una imagen propagandística del enemigo por parte de los políticos y de muchos medios de comunicación, así como al arrogante pensamiento de superioridad que hoy gusta aparecer bajo el disfraz de “valores europeos”, como cuando la ex ministra de Asuntos Exteriores Mogherini dice que “nuestro poder blando es el mejor del mundo” o el Ministro de Asuntos Exteriores Maas se entusiasma con el “patriotismo europeo”.

En el contexto de problemas globales como la catástrofe climática, los graves trastornos del sistema internacional, el renovado aumento del peligro de guerra nuclear debido a la finalización de los acuerdos de control de armas y las nuevas tecnologías militares, así como los desafíos que plantean las pandemias, la creciente pobreza y el aumento exacerbado de la riqueza de unos pocos, una nueva Guerra Fría sería una pura locura.

Frankfurt/M. 21 de junio de 2021