Un grupo de más de 80 organizaciones de todo el mundo publican un manifiesto pidiendo que se refuercen los servicios públicos, como la educación, la energía, el agua y el saneamiento, la alimentación, la sanidad y los servicios asistenciales, la vivienda, la seguridad social, las telecomunicaciones, el transporte y la recogida y eliminación de residuos. Para ello es necesario redefinir las normas mundiales, reorientar las instituciones públicas y conseguir que los gobiernos se centren en satisfacer las necesidades de las personas y respetar el planeta.
La pandemia de Covid-19 ha mostrado las consecuencias catastróficas de décadas de privatización neoliberal, mercantilización y financiarización de los servicios públicos. El colapso ecológico y la crisis climática son inminentes. Estas crisis amenazan la vida y los medios de subsistencia, sumiendo a millones de personas en la pobreza, provocando migraciones masivas y creando malestar social e inestabilidad política.
Este manifiesto reclama un nuevo pacto social que apoye a las familias y las comunidades frente a las crisis sistémicas a las que se enfrenta el mundo actualmente. También reclama gobiernos más fuertes que respondan a las necesidades de las personas y del planeta. Sitúa la gobernanza democrática y el acceso universal a los servicios públicos de calidad como la base de una sociedad justa y equitativa que pone en práctica los valores fundamentales de solidaridad, igualdad y dignidad humana. Y hace diez propuestas para construir servicios públicos de calidad.
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