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Declaración de la Red Europea de Attac con respecto al plan de recuperación presentado por la Comisión Europea.

Viernes 19 de junio de 2020, por Attac Europa

El 27 de mayo, la Comisión Europea presentó un Plan de recuperación para Europa tras la crisis del coronavirus. Dicho plan incluye el instrumento “Nueva Generación UE” dotado con 750.000 millones de euros y un presupuesto europeo a largo plazo reforzado para el período 2021-2027 de 1,1 billones de euros, así como algunas disposiciones en el mismo para disponer de 11.500 millones de euros adicionales a partir de 2020. El  Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, según lo propuesto por la Comisión Europea, pondrá a disposición de los Estados Miembros 560.000 millones de euros, de los cuales 310.000 millones serán en forma de subvenciones y 250.000 millones en forma de préstamos. La decisión final sobre este plan recae en el Consejo Europeo, es decir, los gobiernos nacionales de los Estados miembros de la UE.

El plan de recuperación se basa en tres pilares. El primero es la financiación de la recuperación mediante el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (con los citados 560.000 millones de euros, el Programa REACT-EU, que proporciona financiación adicional para los actuales programas de cohesión (55.000 millones de euros), los Programas de desarrollo rural reforzados (24.000 millones más) y el Mecanismo de Transición Justa (aumentado en 40.000 millones de euros). Todo ello sujeto al proceso del Semestre Europeo, que es antidemocrático, aboga por reformas neoliberales en los Estados miembros y controla los presupuestos nacionales. En el pasado, en el marco de este proceso, se ha pedido en 63 ocasiones a los Estados miembros que reduzcan o privaticen el sistema de salud. Se han exigido 105 veces recortes en las pensiones y los servicios de salud y 50 veces recortes salariales. En 38 casos, la Comisión recomendó rebajar la protección contra el despido o el debilitamiento de los sindicatos (fuente).

El segundo pilar consiste en poner a disposición de las empresas fondos a través del Instrumento de Apoyo a la Solvencia, el Instrumento de Inversiones Estratégicas y el aumento de la financiación del Programa InvestEU reforzado (61.300 millones de euros). El objetivo es «apoyar la inversión privada».

El tercer pilar, titulado «Aprender lecciones de la crisis», incluye un Nuevo Programa de Salud (9.400 millones de euros), un mecanismo de protección civil RescEU reforzado (3.100 millones de euros) y un aumento de la financiación para otros programas, como los de investigación, innovación y acción exterior.

Para la red altermundialista Attac, este plan no es una respuesta adecuada a la grave situación económica, social y democrática actual.

La Red Europea de Attac reconoce que este plan de recuperación significa un punto de inflexión en las políticas de la UE y un aparente paso hacia una mayor solidaridad europea. Sin embargo, de hecho debe entenderse como la voluntad de salvar a la UE como proyecto neoliberal. Es evidente que no se dan las condiciones para que este plan sirva al interés general y al proyecto de una sociedad más justa e igualitaria, libre del productivismo y el capitalismo extremo.

Con este plan, es la segunda vez desde el estallido de la crisis sanitaria y económica que las instituciones y gobiernos europeos anuncian medidas derogatorias de dogmas neoliberales. El 23 de abril, el Consejo Europeo ya había dado el visto bueno a una suspensión temporal del límite del 3% para el déficit presupuestario. En algunos aspectos, la situación actual se asemeja a una nueva versión de las medidas excepcionales que se adoptaron después de la crisis financiera y económica de 2008. Cuando se trata de evitar que la economía se derrumbe, la deuda pública parece ser un problema menor. El hecho de que los fondos asignados a los presupuestos de salud a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEE) ya no estén sujetos a estrictas medidas de austeridad, debe considerarse una nueva medida derogatoria que no puede pasarse por alto.

Así pues, para la red Europea de Attac la palabra clave en este contexto es «derogación». Los tiempos excepcionales requieren medidas excepcionales, incluso los líderes neoliberales lo entienden. No podemos contentarnos con el anuncio de un aumento del presupuesto de la Unión Europea. Los Tratados de la UE siguen siendo instrumentos para aplicar políticas económicas neoliberales y productivistas, y no hay garantía de control democrático sobre el uso de este presupuesto. Desde hace mucho tiempo, nuestra red viene pidiendo una revisión profunda de la UE que anteponga la solidaridad, la igualdad y la emancipación a la competencia, el libre mercado y el libre comercio.

Además, hemos defendido sistemáticamente que el Banco Central Europeo (BCE) financie directamente a los Estados miembros de la UE a tipo de interés cero y, que cuando la situación lo requiera, no haya que devolver la deuda así creada. Los Tesoros de los Estados miembros necesitan estas medidas, ya que han perdido la capacidad de llevar a cabo sus propias políticas monetarias a través de sus bancos centrales al delegarlas en el BCE. Por lo tanto, no podemos estar de acuerdo en que los Estados tengan que seguir endeudándose en los mercados financieros. Esto sólo puede significar que, a largo plazo, se exigirán las mismas medidas de austeridad en lo que respecta al mercado laboral, la reducción de los gastos sociales y la ampliación de la lógica de la competencia a un número cada vez mayor de sectores, lo que se justificará por la necesidad de reducir el gasto público con el fin de reembolsar la deuda a los mismos bancos que actualmente se benefician de la “flexibilización cuantitativa” del BCE.

La Red Europea de Attac insiste, una vez más, en que los gastos públicos en la UE deben ser financiados por medio de una fiscalidad comunitaria sobre los ingresos y el patrimonio que no se base en la competencia entre Estados ni en exenciones para los más ricos. Dada la gravedad de la crisis actual y la urgente necesidad de una transición hacia una economía social y ecológicamente sostenible en Europa, proponemos además un impuesto único sobre el patrimonio a escala europea para proporcionar una financiación inmediata.

La lógica dominante del capitalismo neoliberal debe ser sustituida por un sistema que garantice condiciones de vida sociales y sostenibles para todos en un entorno viable. Más que negociar y firmar acuerdos de liberalización del comercio y la inversión (México, Nueva Zelanda, Australia, Mercosur, etc.), se trata de organizar una política de reubicación ecológica y social con una fuerte dimensión de solidaridad internacional. La lógica de la competencia entre países basada en la reducción de los costes laborales también debe invertirse para promover objetivos medioambientales como la reducción de la huella ecológica del modelo de vida europeo. En general, se necesita una estrategia social y ecológica de ámbito europeo.

Por eso, la Red Europea de Attac pide que se tomen las siguientes medidas:

  • Asegurar que todos los fondos destinados a los Estados estén sujetos a una toma de decisiones y una supervisión democráticas, por lo que exigimos una verdadera democracia económica y la incondicionalidad de la ayuda concedida en el marco del Semestre Europeo.
  • Los fondos deben invertirse en fortalecer el sector público, en el bienestar de la ciudadanía y en apoyar la transición social y ecológica, y no en rescatar a las empresas contaminantes que practican el dumping social y la evasión fiscal.
  • Un cambio de sistema. ¡El clima, la seguridad social, los cuidados y la democracia primero!
  • Impuestos adecuados a las grandes fortunas y al capital especulativo en los mercados financieros para pagar el gasto de la crisis y una transición social y ecológica de las economías de manera democrática.
  • Los derechos económicos y sociales deben ser garantizados para todas las perdonas.
    • La democracia debe extenderse a la esfera económica, incluyendo la producción y la inversión.
    • La gente debe ser capaz de decidir cómo quiere vivir y qué y cómo producir.
  • Un sólido programa europeo de inversiones en el sector de la salud pública y los cuidados.
  • Desconexión del sector de la salud de la lógica y los intereses económicos privados.
  • Reducir las partidas presupuestarias de la UE dedicadas a «seguridad y defensa» con el fin de liberar más fondos para las inversiones necesarias para la transición social y ecológica.
  • Cambiar las prioridades de política exterior de la UE hacia el desarme y la cooperación internacional, en lugar de las sanciones y las amenazas de intervenciones militares.
  • Cancelar la deuda de los países del Sur y aumentar la ayuda directa, en particular en forma de vacunas sin patentes con la correspondiente transferencia de tecnología para que dichos países puedan producir vacunas que satisfagan sus necesidades.
  • El fondo de rescate de la Unión Europea no debería utilizarse para apoyar a las empresas que actualmente están involucradas en procesos de resolución de conflictos inversor-Estado (ISDS) bajo el paraguas de tratados de comercio e inversión. Por el contrario, debería haber cláusulas de reembolso para aquellas empresas que se beneficien de dicho fondo y presenten una demanda de este tipo en los próximos diez años.
  • Detener la espiral de liberalización del comercio y la inversión impulsada por la Comisión y eludir las sanciones permitidas por las normas de la OMC y los tratados bilaterales para aplicar políticas de reubicación social y ecológica.