Skip to content

El preocupante adelgazamiento de la clase media

ctxt
CARLOS VACAS SORIANO

España es el tercer país de la UE donde esta clase es más pequeña (54%), solo por delante de Lituania y Bulgaria. El motivo es la notable desigualdad en las rentas disponibles de los hogares
LA BOCA DEL LOGO
Los países europeos son sociedades de clases medias: la mayoría de sus ciudadanos pertenecen a ella y tiene una importancia fundamental para el desarrollo económico y la estabilidad política y social. Una clase media robusta y creciente es reflejo de un importante desarrollo económico, al que esta contribuye a su vez con un consumo estable. Las rentas del trabajo son la principal fuente de ingreso de las personas que pertenecen a ella, generalmente con un nivel de formación alto, tales como gerentes, profesionales liberales o funcionarios. Es también clave para contribuir a sociedades estables, pues generan gran parte de los impuestos recaudados para financiar los estados del bienestar, se sienten integrados en sus comunidades y actúan de contrapeso moderador cuando se tensionan los sistemas políticos.

Las ciencias sociales ofrecen diversas formas de concebir y medir el tamaño de la clase media. La más comúnmente usada por la economía consiste en establecer la pertenencia a una clase social dependiendo de si la renta disponible de las familias se encuentra dentro de unos umbrales prefijados. Una segunda aproximación más sociológica la definiría la pertenencia a ciertas profesiones o categorías de puestos de trabajo, de forma que, además de la renta, se incluyan otros factores como la estabilidad y seguridad económica, las perspectivas de carrera o el estatus social del trabajo. Otras aproximaciones consideran directamente la percepción de las personas sobre cuál es su posición relativa en la estructura social.

La primera aproximación según el nivel de renta es la que se usa aquí y es la más habitual pues es más fácil de usar dada la limitada disponibilidad de datos comparativos para los países europeos. Este artículo presenta los resultados del estudio recientemente publicado por Eurofound “Recent developments in the state of the middle classes”. El gráfico 1 muestra el porcentaje de población que pertenece a una de las tres clases sociales (divididas entre alta, media y baja) en cada país europeo, dependiendo del nivel de la renta disponible de sus hogares.

Gráfico 1. Tamaño de las clases sociales en los países europeos (porcentaje de la población, %).

 

 

Nota: En cada país, la clase media incluye a las personas en hogares cuya renta disponible se encuentre entre 75% y el 200% de la mediana. Los países están ordenados de mayor a menor tamaño de la clase media. Fuente: EU-SILC, último año disponible (2016).

La clase media es claramente la mayoritaria en todos los países de la Unión Europea (UE). Sin embargo, emergen importantes diferencias entre los diferentes países: representa alrededor del 70% en Eslovaquia, la República Checa, Eslovenia y en los países escandinavos, pero menos del 60% en los países Bálticos y en los del Mediterráneo. España es el tercer país donde esta clase es más pequeña (54%), solo por delante de Lituania y Bulgaria. Ello se debe a que en España hay una notable desigualdad en las rentas disponibles de los hogares, con muchos hogares alejados de las rentas medias donde se suelen concentrar más hogares, lo que explica que las clases de rentas más altas y más bajas tengan un peso relativamente grande (11% y 34%, respectivamente).

La reciente contracción de las clases medias

La crisis económica ha causado un adelgazamiento de este grupo en la mayoría de los países de la UE y muy notablemente en España. El gráfico 2 muestra la evolución del tamaño de la clase media durante la última década en los países europeos más grandes y también para la media de la UE. Dos hechos claros emergen.

En primer lugar, la crisis marca un punto de inflexión. Como refleja la evolución para la media de la UE, estas clases se estaban expandiendo en la mayoría de países europeos hasta el año 2009 coincidiendo con los años de bonanza económica. En cambio, los efectos de la crisis cambiaron la dinámica y ocasionaron una pérdida de su tamaño en casi la totalidad de los países de la UE.

Gráfico 2.  Evolución del tamaño de las clases medias en la última década (porcentaje de la población, %)

 

Fuente: EU-SILC.

En segundo lugar, la crisis y sus efectos sobre este segmento social han sido más duros y duraderos en España que en otros países. Los datos para el conjunto de la UE muestran que el tamaño de este grupo empieza a remontar a partir del 2014 (y antes en Francia y el Reino Unido), mientras que su adelgazamiento ha sido muy notable en el caso de España y además todavía no se observa una recuperación clara con los datos disponibles (algo que también ocurre en Italia y Alemania, además durante el conjunto del periodo).

Los cambios en el tamaño de este grupo se deben sobre todo a la evolución de las rentas del trabajo, que son su principal fuente de ingresos. Es por ello que el gran aumento del desempleo durante los años de la crisis económica es el principal factor que explica su reciente adelgazamiento en Europa, algo que ha ocurrido con especial intensidad en aquellos países que han sufrido una mayor destrucción de empleo como España. El incremento de las desigualdades ha ido de la mano de la erosión de las clases medias, lo que se ha traducido en un aumento del tamaño de la clase alta y, en mayor medida, de la baja.

La importancia de recuperar las clases medias

Es de esperar que este grupo vuelva a fortalecerse a medida que las tasas de empleo anteriores a la crisis vayan recuperándose, como ya se ha empezado a ver en los años más recientes en muchos países. En el caso de España, esta recuperación está siendo débil y prolongada pues los niveles de empleo sólo empezaron a crecer a partir de 2014 y aún se encuentran muy lejos de recuperar sus niveles anteriores a la crisis (la tasa de desempleo española es de casi el 14%, sólo por debajo de la griega, según los últimos datos de agosto de 2019). El crecimiento de los salarios también será importante para empujar la recuperación de las clases medias, y una medida en línea con esta necesidad es la reciente adopción del nuevo salario mínimo de 900 euros mensuales, que puede beneficiar a muchos trabajadores jóvenes y repercutir positivamente en las rentas de sus familias.

Sin embargo, no debe asumirse que la mejora de este grupo sea automática y se vuelta a una situación idéntica a la que existía antes de la crisis, pues los estudios especializados identifican muchos factores que afectan a la clase media. En relación con el mercado laboral, una mayor participación de la mujer en el empleo o sectores públicos sólidos y estables se han asociado positivamente a una clase media fuerte, mientras que la proliferación de formas no estándar de empleo (como temporal o a tiempo parcial), la desregulación y el desmantelamiento de instituciones laborales y de diálogo social y los cortes salariales en algunas profesiones típicamente vinculadas a las clases medias se relacionan con su erosión. Más allá del mercado de trabajo, también influyen los cambios en la distribución funcional de la renta (donde el trabajo viene perdiendo peso respecto al capital desde hace décadas) y decisiones en materia de impuestos, educación  protección social.

Es vital recordar que la fortaleza de las clases medias es una característica esencial de nuestras sociedades y que ha emergido como consecuencia no solo de décadas de desarrollo económico sino también de políticas públicas de redistribución de rentas entre diferentes sectores de la sociedad. Este bucle negativo que estamos experimentando actualmente, donde una fuerte crisis económica desencadena posteriormente una crisis política y social, donde un aumento de las desigualdades genera un cuestionamiento de las instituciones, ya se ha observado en el pasado. Y sabemos que una reducción de las desigualdades y la fortaleza de la clase media será clave para superarlo, por lo que es esencial que los poderes públicos tomen las medidas adecuadas para ayudar a su recuperación tras los efectos de la reciente crisis.

————————

Carlos Vacas Soriano es investigador de la Fundación europea para la mejora de las condiciones de vida y trabajo (Eurofound) y doctorado en economía aplicada por la Universidad de Salamanca.