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Libro de estilo del buen tertuliano

Toni Mejías. Publicado originalmente en El Salto.

Querido tertuliano, mi más sincera enhorabuena. Si estás leyendo esto es porque has sido seleccionado para esta tarea imprescindible que sirve para afianzar nuestra democracia. Crear opinión y mantener el orden no está al alcance de todos, y nuestra labor es conseguir hacer debates interesantes sobre puntos que no afecten al sistema económico y al estatus social. Usted puede tener su opinión, faltaría más, pero en este libro de estilo le queremos ayudar con unas pautas que le permitirán dialogar sin perder el tiempo en nimiedades contrastadas. El espectador confía en nuestras palabras y debemos ser capaces de no confundirles en temas peliagudos. A continuación, le ofrecemos unos ejemplos para que su incorporación en nuestro grupo mediático sea más rápida y duradera.

1 – Información sobre países amigos y enemigos

No hace falta hacer hincapié en que todas las naciones no gozan de una democracia plena como la nuestra. Además, las relaciones internacionales de nuestro Jefe de Estado y nuestros empresarios también son importantes a la hora de dirimir la opinión sobre determinados lugares. Para no perder horas y horas de debate en analizar a fondo territorios tan lejanos, los cuales solo nos interesan comercialmente, utilizaremos las palabras indicadas para referirnos a ellos y crear en el imaginario colectivo una simpatía hacia algunos o antipatía hacia otros. Además, es imprescindible la presión internacional para que países alejados de nuestro espectro ideológico y financiero retomen la cordura. Podemos ayudar a ello.

Por una parte, para zonas claramente enemistadas con nuestra patria, como los son Cuba o Venezuela, es primordial colocar el adjetivo de régimen. Aunque esta palabra sólo se refiere al sistema político por el que se rige una nación, los grupos mediáticos hemos conseguido cargarla de negatividad y la usamos para referirnos a los gobiernos que consideramos dictatoriales. Con este simple apelativo, el espectador no deberá dedicar horas a investigar sobre un país determinado. Es enemigo y como tal lo deben entender. (IMPORTANTE: Sacar de contexto declaraciones de sus mandatarios para ridiculizarlos es una manera de apuntalar esta opinión).

En cambio, para países de dudosa democracia, pero con los cuales tenemos acuerdos comerciales, deberemos usar otros adjetivos. Por ejemplo, hablaremos de Monarquía marroquí para hablar del reino vecino. En referencia a los gobiernos latinoamericanos que sí comparten nuestra visión del mundo, siempre debemos legitimar a sus presidentes. No importa el sufrimiento de su población. Por último, si se lleva a cabo algún golpe de Estado en estos territorios, lo condenaremos hasta que se demuestre que el elegido para presidente es una persona afín a nuestros principios. En cuanto a la represión o posibles manifestaciones en estas regiones, daremos indicaciones en el próximo punto.

2 – Expresiones correctas para los disturbios y manifestaciones

Las diferentes crisis económicas y políticas han ocasionado que, hoy en día, haya manifestaciones en numerosos países. Los motivos pueden ser diversos, pero nosotros somos los encargados de darles o no legitimidad ante nuestros espectadores. La elección de palabras e imágenes pueden ayudar a generar una opinión rápida y olvidarnos de lo no esencial. Condenar o no condenar. Respaldar o no respaldar. Eso es lo fundamental y debe decidirse en segundos, sin otras lecturas profundas, sin posibles debates adicionales. En nuestras manos está.

Lo primordial es etiquetar a los manifestantes. Los términos antisistema o violentos siempre funcionan en nuestro territorio

Lo primordial es etiquetar a los manifestantes. Los términos antisistema o violentos siempre funcionan en nuestro territorio. Nos sirve para criminalizar aquellas protestas que puedan ocasionar daños a nuestra democracia y a nuestra economía. Además, nuestros cámaras tienen orden de grabar, sobre todo, los destrozos causados en el mobiliario urbano. Por su parte, tenemos un acuerdo con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que las cargas sucedan a la hora de apertura del telediario de la noche. Lo impactante vende y ayuda a crear opinión. Por supuesto, estas recomendaciones son para los colectivos sociales con afinidad a políticas de izquierda. (IMPORTANTE: Cuando las protestas sean en comunidades con nacionalidades históricas, el calificativo independentista o terrorista ayuda a la criminalización. Usar sin miedo).

Para las protestas en los países calificados como enemigos de los hablamos en el punto anterior, el discurso será completamente distinto. Las fuerzas del orden pasarán a ser las violentas y represivas, propias de sistemas dictatoriales o de democracias no consolidadas. En cambio, los manifestantes serán calificados de estudiantes, si son jóvenes, de oposición al régimen, para cualquier edad y, para hacer un mayor énfasis, utilizaremos disidente. Es otra de esas palabras que hemos logrado desde el poder mediático que pueda ser utilizada para generar una opinión rápida. En este caso sirve para que el espectador muestre su apoyo y su solidaridad con el colectivo que se manifiesta. En estas noticias es importante no hablar de grupos o asociaciones concretas. Generalizar ayuda a pensar que es una amplia mayoría la que está descontenta con el actual gobierno (régimen).

3 – La importancia del neolenguaje

Sin duda, las palabras son imprescindibles en un oficio como el nuestro. Por ese motivo, es necesario saber qué términos utilizar para hablar sobre determinados temas de actualidad. Obviar ciertos calificativos no es censura. Simplemente, no es positivo, ni para nuestro medio ni para nuestro país, utilizar determinadas declaraciones que puedan vender un contexto claramente negativo.

Precariedad: no es noticia que muchos trabajadores han pedido el poder adquisitivo de antaño y sus fuerzas para la negociación colectiva. Ello ha generado que el número de pobres sea mayor, pero sería inestable para la nación hablar de ello. Utilizar palabras en inglés y vender situaciones precarias como compartir piso o comer sobras como algo cool servirá para desdramatizar. (Nota: Aunque existen expresiones en castellano como “trabacaciones”, son menos efectivas. Obviarlas).

Podemos hablar de “tasa negativa de crecimiento”, “minijobs”, “flexibilización del mercado laboral” u otras locuciones similares para suavizar el golpe de las medidas neoliberales de los distintos gobiernos

Economía: también son importantes las palabras que utilicemos en clave económica. El ejemplo más claro es desaceleración para nombrar a la crisis económica, pero ya es un término muy manoseado. En cambio, sí podemos hablar de “tasa negativa de crecimiento”, “minijobs”, “flexibilización del mercado laboral” u otras locuciones similares para suavizar el golpe de las medidas neoliberales de los distintos gobiernos. Tenemos una lengua muy rica y diversa y está en nuestro poder el utilizarla.

Partidos e ideologías: nuestra democracia actual necesita, claramente, una política que se sustente principalmente de ideas de la centroderecha, por eso es importante calificar sin reparos a los partidos y asociaciones de izquierda como extrema, para incidir en que están fuera de los cauces democráticos. Aunque se permiten ciertos avances sociales, cualquier política económica alejada de la recomendada por los grandes empresarios es peligrosa para la estabilidad. Hay que actuar rápidamente para definir cualquier propuesta en estos términos como populista o bolivariana.

En cambio, no supone una novedad que en los poderes actuales del Estado todavía quedan personas con simpatía hacia el franquismo. Para no encallar el funcionamiento normal de nuestro sistema, no hay que vender estas exaltaciones como un aspecto claramente negativo. Llamar a estar personas “nostálgicas” sirve para marcar un espacio diferenciado entre ellas y nuestro papel de periodista neutral, pero sin condenar claramente. Necesitamos que esas personas sigan en nuestro aparato político, judicial y económico y enfadarlas no ayuda a una normalidad adecuada. ¿Distancia? Sí. Pero no demasiada.

Aunque nuestro libro de estilo consta de numerosas páginas y propuestas para iniciarse en el mundo del tertuliano televisivo o radiofónico, le pueden servir estos pequeños apuntes. Debe tener claro que debemos ser eficaces a la hora de crear una conciencia colectiva afín. Si sigue nuestros consejos y tiene claro las prioridades y los límites, nuestra colaboración será duradera y fructífera.

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