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Los consejeros de la productividad

Artículo original publicado en sinpermiso.info por Albino Prada

El Gobierno del Reino de España va a poner en marcha de forma urgente un Consejo de la Productividad según informa el Ministerio de Economía en una nota en la que presenta la motivación y el borrador de proyecto de un real decreto sobre el particular, remitiéndose a una recomendación del año 2016 del Consejo de la Unión Europea.

Como quiera que en el citado borrador se usa el concepto de “productividad” hasta cuarenta y siete veces, pero no se define nunca, parece conveniente consultar el documento de referencia1https://www.lamoncloa.gob.es/temas/fondos-recuperacion/Documents/160621-Plan_Recuperacion_Transformacion_Resiliencia.pdf (Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del año 2021) que se cita en su preámbulo y exposición de motivos por ver de aclarar esta cuestión, sin duda central, para tal Consejo.

Tanto para las tareas de dicho Consejo como para la sociedad española porque es un concepto que se usa de manera reiterada para desaconsejar mejoras en el trabajo decente de los ciudadanos (por ejemplo reducciones de la jornada laboral o incrementos salariales por encima del IPC), o para adoptar medidas que supuestamente mejorarían tal “productividad” (por ejemplo, ahora sí, financiar con fondos públicos inversiones empresariales o relajar restricciones ambientales). Como se observa estamos ante un comodín que igual vale para un roto que para un descosido, siempre dentro del llamado consenso neoliberal que entre nosotros capitanea desde hace décadas el Banco de España y la larga lista de Ministros de Economía del bipartidismo que con los Gobernadores de aquél siempre andan en buena armonía.

Ya de entrada hay que anotar que el concepto “productividad” es borroso y sujeto a muchas cautelas sobre su definición y cuantificación2Sobre estos ver Sweezy, P. y Magdoff, H. (1980), “The Uses and Abuses of Mesauring Productivity”, revista Monthly Review, vol. 32 nº 2. Para empezar decir que siempre remite a un cociente o división entre el valor de lo producido y los recursos empleados, siendo así que en el denominador un problema no fácil es la agregación de horas de trabajo de muy diferente cualificación, mientras en el numerador lo será la valoración relativa de los servicios (hoy dominantes) respecto a las actividades de producción material. Aunque lo cierto es que muy lejos de estas prevenciones los creyentes en la disciplina de la “productividad” suelen tirar para adelante con simplificaciones y resultados que coinciden con sus intereses.

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Como no podría ser de otra forma el citado Plan de Recuperación asume como central el concepto de “productividad” pues se usa en dicho documento más de ochenta veces. En la mayoría de las ocasiones se hace como un mantra positivo (para el crecimiento, para la competitividad, la renta per cápita, la resiliencia, etc.) lo que lo sitúa en el centro de diez políticas palanca para “aumentar la productividad y el crecimiento potencial de la economía española” (página 24). Pero cuando uno busca concretar que sea eso de la “productividad”, más allá de las cosas que presuntamente la favorecen, la impulsan. la dificultan o lastran en mayor o menor medida, se queda con las manos vacías. Apenas una referencia  incompleta a un trabajo de FEDEA (2019) en la página 305 del documento, como fuente de un gráfico en el que se pondera -pero no se cuantifica- la importancia de la productividad3Más recientemente FEDEA 2023 presentó un informe (de la Fuente, A. y Domenech, R. “Renta per cápita y productividad en la OCDE 1960 a 2022”, Documento de Trabajo 2023/09) que en 39 páginas refiere el concepto de “productividad” nada menos que unas 60 veces..

Al acabar con las manos vacías después de la revisión de este documento, pasé a indagar en otro  documento del año 2021 del Ministerio de la Presidencia (Oficina Nacional de Prospectiva) titulado “España 2050” de casi setecientas páginas. De nuevo resulta patente que el enigmático concepto de “productividad” no es ningún secundario en este relato, porque aparece nada menos que doscientas diecinueve veces. Pero al menos en dos páginas (61-62) aparecen cuatro gráficos relativos a la “productividad”. Ahora sí cuantificada, por lo que conviene detenerse en este nudo argumental del que dependen nada menos que esas doscientas referencias en el texto completo.

En el primero de dichos gráficos se presenta la evolución histórica de la “productividad” en España en el contexto de tres referentes internacionales. Y en la nota que acompaña la fuente de dicha gráfico si se concreta -al fin- el concepto de “productividad”. Para dicha fuente4OCDE, Level of GDP per capita and productivityhttps://stats.oecd.org.

La UE-8 se construye como media ponderada de los valores de cada país: Austria, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Países Bajos y Suecia.

     También como PIB por hora trabajada en Gimeno, J.F.; Moral, E. y Sáiz, L. (2006) “Cambios estructurales en la productividad del trabajo”, Boletín Económico del Banco de España, septiembre, p. 65

 (OCDE): “La productividad laboral se define como la rateo entre el PIB (en euros constantes de 2015 y corregido por diferencias de poder adquisitivo) y las horas totales trabajadas”. Aplicando esta definición se deduce, en relación a la media de la UE, que la “productividad” del trabajo no sería un problema de primera magnitud en la actualidad, tal como también se recoge en un recuadro de la página 81 del documento que estamos citando para el valor medio5En Piketty (2019: 614), Capital e ideología, (Ediciones Deusto, Barcelona) se recoge que oscila entre 40 y 55 euros (euros de 2015) para grandes economías europeas y Estados Unidos. de dicho indicador entre 2015-2019. Que es el siguiente,

Más aún. En este informe se deja muy claro (en la figura 25 que aquí también reproducimos) que el tal déficit de productividad media de España, respecto a las ocho economías líderes de la UE, apenas existe para las empresas de más de veinte trabajadores.

Este diagnóstico se refuerza y actualiza con los datos más recientes divulgados por el Banco de España6Hernández de Cós, P. (2024) “El mercado de trabajo español: evolución reciente y retos de futuro”, Banco de España (15/02/2024). Ferri, J. y Sánchez, J. (2024), “Productividad: evolución pasada y futura y su importancia en el desarrollo económico”  FEDEA, 15 de febrero de 2024, sin embargo anotan una divergencia del – 11,7 % entre España y la Eurozona para el período 2018-2023. certifican una senda de la productividad del trabajo en España en recuperación y convergencia con la media de la Unión Europea tal como recogemos en la siguiente gráfica,

Por su parte el Gabinete Económico de Comisiones Obreras estima -para un panel estable de empresas- un crecimiento entre 2018-2023 del 16 % de la productividad por ocupado en términos reales7CCOO (2024: 21), “Las mejoras del empleo avanzan la transformación del modelo productivo”Informe del Gabinete Económico, https://www.ccoo.es/309603697eb19f5a27c5fb0abd9b6d51000001.pdf.

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Sobre la evolución de la productividad del factor trabajo en el Reino de España en el largo plazo, entre 2000-2018, recogía por mi parte en una reciente publicación8Páginas 74 y ss. de Prada (2022): https://secretaria.uvigo.gal/uv/web/publicaciones/public/show/378 dos datos básicos de lo que llevamos de siglo según nuestra Contabilidad Nacional del Instituto Nacional de Estadística9 INEbase / Economía /Cuentas económicas /Contabilidad nacional anual de España: principales agregados / Últimos datos. Con datos de Eurostat para el conjunto de la UE se observa una evolución semejante (op. cit. p. 56-57). Por un lado el valor del producto interior bruto (PIB, riqueza nacional) generado, en unidades monetarias constantes (descontada la inflación), para evaluar la evolución del nivel real de riqueza. Y, por otro lado, el número de horas trabajadas por el conjunto de todos los ocupados del país10https://www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=32451. Ambos datos –el PIB y las horas necesarias- se transforman previamente en dos series que toman el valor 100 en el año 2000 para así evaluar mejor su evolución relativa.

En relación al PIB se observa un crecimiento imparable hasta 2007, un retroceso entre ese año y 2013, y nueva recuperación desde entonces (hasta la irrupción de la pandemia Covid-19). Algo semejante sucede con las horas necesarias de trabajo. Aunque debe repararse, en la representación gráfica, en cómo se va abriendo una brecha entre ambas series que es crucial para lo que aquí nos interesa analizar.

La brecha que señalo puede resumirse diciendo que en el año 2018 se trabajaron en España las mismas horas que en 2004 (treinta y tres mil millones) aunque la riqueza real generada era un 20 % mayor que en aquél año. Y, con la misma fuente de datos, se confirma que el PIB industrial de España es semejante al de tres décadas antes pero ocupando a 800.000 trabajadores menos (un -27 %). Dos cosas que sin duda debieran suponer una excelente noticia para el conjunto de nuestra sociedad11Siendo así que “el crecimiento de la economía de servicios demuestra sin lugar a dudas que la productividad del trabajo en el sector manufacturero ha ido creciendo a pasos agigantados a través de la historia moderna del capitalismo”, Sweezy, P. y Magdoff, H. (1980), “The Uses and Abuses of Mesauring Productivity”, revista Monthly Reviewvol. 32 nº 2.

Sin embargo la jornada laboral media semanal (a tiempo completo) apenas se redujo en dicho período y, por tal motivo, mientras en 2004 contábamos dos millones doscientos mil parados, en 2018 ya ascendían a tres millones trescientos mil. Más producción con las mismas horas, semejante jornada para los ocupados12La estabilidad de las horas trabajadas por ocupado a tiempo completo se visualiza en el gráfico 13.c. en de la Fuente y Domenech (2023: 15) a tiempo completo y un millón de parados a mayores. Sin duda la proliferación de empleo a tiempo parcial (con frecuencia femenino) permite reducir esta contradicción, aunque no deja de ser una “solución” neoliberal y precarizante para maquillarla. Siendo así que las horas medias de trabajo en España aún están por encima de la media europea13Hernández de Cós, P. (2024) “El mercado de trabajo español: evolución reciente y retos de futuro”, Banco de España (15/02/2024) y su disminución (para el conjunto de los trabajadores) se asocia a un creciente empleo femenino a tiempo parcial14Explica así la reducción de 37 a 32 horas Cuadrado, M. (2023) “Un análisis de la evolución de las horas trabajadas por ocupado en España”, Boletín Económico del Banco de España T1.

En un estudio reciente15Serrano, L. et alt (dir.) (2017), Acumulación y productividad del capital en España, Fundación BBVA-IVIE, Bilbao

https://www.fbbva.es/publicaciones/acumulacion-y-productividad-del-capital-en-espana-y-sus-comunidades-autonomas-en-el-siglo-xxi/.
, sobre la productividad del trabajo en España en los últimos treinta y cinco años las conclusiones son similares, a la luz del gráfico que reproducimos de su página 71, con una permanente tendencia al alza de este indicador, siempre en relación a las horas trabajadas.

Una tendencia creciente de la productividad del trabajo que contrasta con la decreciente que los mismos autores certifican, en la página siguiente de dicha publicación, en relación a la productividad del capital derivada de los esfuerzos inversores de las empresas16También Gimeno, J.F.; Moral, E. y Sáiz, L. (2006: 71) enfatizan como factor crítico para mejorar la productividad del trabajo identificar “las causas que están impidiendo que en la UE15 se experimenten mayores tasas de acumulación de capital”, y no apuntan hacia factores laborales (jornada o salarios).. Con lo que, concluyen: “las mejoras de productividad del trabajo no garantizan por sí solas que haya mejoras en la productividad total pues podrían verse compensadas por el retroceso en la productividad de los capitales”.

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De lo que hasta aquí revisado y evaluado sobre la evolución de la productividad en España no se deriva ninguna línea roja para mejorar los salarios reales de los trabajadores y para, al mismo tiempo, poder reducir su jornada laboral. Menos aún en los sectores más intensivos en capital tecnológico y automatización. Y, sin embargo, el lector encontrará con mucha frecuencia afirmaciones sobre  que cualquiera de esas medidas es una amenaza para la mejora de la productividad y, por ello, para la competitividad de nuestra economía y al potencial exportador y de crecimiento de la misma17Con lo que, como ya sucediera en Estados Unidos hace cincuenta años, estaríamos ante un “exitoso lavado de cerebro del público a creer que Estados Unidos está en problemas debido a la caída de la productividad laboral”, Sweezy, P. y Magdoff, H. (1980), “The Uses and Abuses of Mesauring Productivity”, revista Monthly Reviewvol. 32 nº 2.

Es el caso reciente del Gobernador del Banco de España cuando después de reconocer que la ligera reducción de la jornada media de todos los ocupados tiene no poco que ver con el creciente empleo a tiempo parcial, reconoce preferir18Hernández de Cós, P. (2024) “El mercado de trabajo español: evolución reciente y retos de futuro”, Banco de España (15/02/2024) esta tendencia a “la posibilidad de efectuar una reducción de la jornada laboral legal”. Lo que supone reforzar una subordinación selectiva de los trabajadores (sobre todo mujeres a tiempo parcial) a los empresarios, en vez de traducir la creciente productividad en una menor jornada a tiempo completo. Esa mayor subordinación se nombra, en  argot neoliberal, como adecuarse a “las preferencias de los trabajadores”. Una subordinación también refuerza proponiendo un mayor control de los perceptores de subsidios de desempleo para no “limitar los incentivos de los desempleados a la búsqueda de empleo”. Sin comentarios

Es obvio que no estamos ante un planteamiento científico ni objetivo, sino ante un conflicto de intereses en el que unos pocos quieren seguir llenándose el bolsillo a costa de la creciente subordinación laboral de los muchos, que deben sacrificarse sin reducir su jornada laboral para que la “productividad” goce de buena salud19https://www.eldebate.com/economia/20240117/garamendi-avisa-impacto-durisimo-reducir-jornada-laboral-pais-cola-productividad_167589.html. Aunque la tal “productividad” esté en realidad lastrada por una capitalización insuficiente en muchos sectores económicos, así como por una especialización del empleo en sectores con una creciente cuota del mismo (femenino, de extranjeros, en servicios) a tiempo parcial.

En el trasfondo de estas recomendaciones de los consejeros de la productividad, cuando descalifican la reducción de la jornada laboral o las mejoras salariales como una amenaza para la misma, subyace una posición de clase social. Pues aunque reconocen que los factores determinantes para su mejora son las innovaciones tecnológicas, la aplicación del conocimiento (lo que llaman capital humano), las mejoras en las infraestructuras colectivas o el capital social e institucional, asumen  que esos logros deben ser apropiados por las rentas empresariales, y -en parte- para la acumulación capitalista (la inversión) en favor del crecimiento económico. No para reducir la jornada o mejorar los salarios que según ellos, a diferencia de aquella apropiación, empeorarían la productividad y la competitividad20Por ejemplo: “En un mundo globalizado, si quieres competir con países más productivos necesitas o trabajar más horas, o pagar menores salarios”, Ferri, J. y Sánchez, J. (2024), “Productividad: evolución pasada y futura y su importancia en el desarrollo económico”  FEDEA, 15 de febrero de 2024.. Siendo así, como sostenían hace más de cuarenta años los citados Sweezy y Magdoff refiriéndose a la productividad que “lo que en realidad no es más que un crudo fetiche se ha convertido en una de las armas más potentes en la lucha del capital contra los trabajadores”.

Esos consejeros además suponen que las mejoras de la productividad son sobre todo mérito de la lógica del capital y no del trabajo, lo que pareciera deducirse -paradójicamente- del que seamos capaces de producir cada vez más riqueza social con menos horas de trabajo humano agregado. Un conflicto de intereses y una lucha en los que los pocos quieren seguir ganando y engordando por goleada (Warren Buffett dixit) como viene a todas luces sucediendo desde los años 70 del pasado siglo.

Son argumentos ideológicos de fondo (tras el fetiche de la productividad) que de nuevo proliferan en recientes ensayos de perfil neoliberal21Ver  Fukuyama, F. (1992): El fin de la historia y el último hombre, Planeta, Barcelona; Fukuyama, F. (2022): El liberalismo y sus desencantados, Deusto, Barcelona; Steven Pinker (2022) “En defensa de la ilustración. Por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso”, Paidós, Barcelona; Minouche Shafik (2022) “Lo que nos debemos unos a otros”, (Paidós, Barcelona) -como los de Fukuyama (1992, 2022), Pinker (2022) o Shafik (2022)- que, junto a la abducción neoliberal de la nueva socialdemocracia, intento desmontar en mi reciente ensayo22https://www.unebook.es/es/libro/sociedad-de-mercado-o-sociedad-decente_3 “Sociedad de mercado o sociedad decente”.

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    Sobre estos ver Sweezy, P. y Magdoff, H. (1980), “The Uses and Abuses of Mesauring Productivity”, revista Monthly Review, vol. 32 nº 2
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    Más recientemente FEDEA 2023 presentó un informe (de la Fuente, A. y Domenech, R. “Renta per cápita y productividad en la OCDE 1960 a 2022”, Documento de Trabajo 2023/09) que en 39 páginas refiere el concepto de “productividad” nada menos que unas 60 veces.
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    OCDE, Level of GDP per capita and productivityhttps://stats.oecd.org.

    La UE-8 se construye como media ponderada de los valores de cada país: Austria, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Países Bajos y Suecia.

         También como PIB por hora trabajada en Gimeno, J.F.; Moral, E. y Sáiz, L. (2006) “Cambios estructurales en la productividad del trabajo”, Boletín Económico del Banco de España, septiembre, p. 65

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    En Piketty (2019: 614), Capital e ideología, (Ediciones Deusto, Barcelona) se recoge que oscila entre 40 y 55 euros (euros de 2015) para grandes economías europeas y Estados Unidos.
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    Hernández de Cós, P. (2024) “El mercado de trabajo español: evolución reciente y retos de futuro”, Banco de España (15/02/2024). Ferri, J. y Sánchez, J. (2024), “Productividad: evolución pasada y futura y su importancia en el desarrollo económico”  FEDEA, 15 de febrero de 2024, sin embargo anotan una divergencia del – 11,7 % entre España y la Eurozona para el período 2018-2023.
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    CCOO (2024: 21), “Las mejoras del empleo avanzan la transformación del modelo productivo”Informe del Gabinete Económico, https://www.ccoo.es/309603697eb19f5a27c5fb0abd9b6d51000001.pdf
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     INEbase / Economía /Cuentas económicas /Contabilidad nacional anual de España: principales agregados / Últimos datos. Con datos de Eurostat para el conjunto de la UE se observa una evolución semejante (op. cit. p. 56-57)
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    Siendo así que “el crecimiento de la economía de servicios demuestra sin lugar a dudas que la productividad del trabajo en el sector manufacturero ha ido creciendo a pasos agigantados a través de la historia moderna del capitalismo”, Sweezy, P. y Magdoff, H. (1980), “The Uses and Abuses of Mesauring Productivity”, revista Monthly Reviewvol. 32 nº 2
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    La estabilidad de las horas trabajadas por ocupado a tiempo completo se visualiza en el gráfico 13.c. en de la Fuente y Domenech (2023: 15)
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    Hernández de Cós, P. (2024) “El mercado de trabajo español: evolución reciente y retos de futuro”, Banco de España (15/02/2024)
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    Explica así la reducción de 37 a 32 horas Cuadrado, M. (2023) “Un análisis de la evolución de las horas trabajadas por ocupado en España”, Boletín Económico del Banco de España T1
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    Serrano, L. et alt (dir.) (2017), Acumulación y productividad del capital en España, Fundación BBVA-IVIE, Bilbao

    https://www.fbbva.es/publicaciones/acumulacion-y-productividad-del-capital-en-espana-y-sus-comunidades-autonomas-en-el-siglo-xxi/.
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    También Gimeno, J.F.; Moral, E. y Sáiz, L. (2006: 71) enfatizan como factor crítico para mejorar la productividad del trabajo identificar “las causas que están impidiendo que en la UE15 se experimenten mayores tasas de acumulación de capital”, y no apuntan hacia factores laborales (jornada o salarios).
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    Con lo que, como ya sucediera en Estados Unidos hace cincuenta años, estaríamos ante un “exitoso lavado de cerebro del público a creer que Estados Unidos está en problemas debido a la caída de la productividad laboral”, Sweezy, P. y Magdoff, H. (1980), “The Uses and Abuses of Mesauring Productivity”, revista Monthly Reviewvol. 32 nº 2
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    Hernández de Cós, P. (2024) “El mercado de trabajo español: evolución reciente y retos de futuro”, Banco de España (15/02/2024)
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    Por ejemplo: “En un mundo globalizado, si quieres competir con países más productivos necesitas o trabajar más horas, o pagar menores salarios”, Ferri, J. y Sánchez, J. (2024), “Productividad: evolución pasada y futura y su importancia en el desarrollo económico”  FEDEA, 15 de febrero de 2024.
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    Ver  Fukuyama, F. (1992): El fin de la historia y el último hombre, Planeta, Barcelona; Fukuyama, F. (2022): El liberalismo y sus desencantados, Deusto, Barcelona; Steven Pinker (2022) “En defensa de la ilustración. Por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso”, Paidós, Barcelona; Minouche Shafik (2022) “Lo que nos debemos unos a otros”, (Paidós, Barcelona)
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