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Para financiar la lucha contra el cambio climático, es hora de gravar la especulación.

Llamamiento del eurodiputado Pierre Larrouturou en favor de un ITF.

En todo el mundo, el verano de 2022 ha sido mortífero: olas de calor repetidas, incendios forestales, inundaciones a una escala sin precedentes… Ya nadie puede dudar de que el cambio climático se está acelerando y corre el riesgo de descontrolarse…

La clave para recuperar el tiempo perdido es el dinero.

Hay que encontrar sumas considerables para hacer frente a la actual crisis alimentaria, pero también para financiar el aislamiento de los edificios, los transportes públicos y las energías renovables, para ayudar a los países del Sur a hacer frente a las pérdidas y daños causados por el cambio climático, para ayudar a los países que acepten detener la deforestación y a los que renuncien a explotar sus reservas de gas o petróleo…

Aunque esta cuestión de la financiación es absolutamente crucial, ya ha provocado muchas decepciones debido a las numerosas promesas incumplidas. 

¿Cómo crear una nueva dinámica? ¿Cómo encontrar nuevos recursos?

En un momento en que los mercados financieros se encuentran en niveles muy altos, vuelve a estar vigente el debate sobre el impuesto sobre las transacciones financieras.

Este impuesto, apoyado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo desde 2011, cuenta también con el respaldo de Joe Biden en Estados Unidos y del Parlamento Europeo -este último recordó a finales de 2020 en su informe sobre la financiación del Plan Climático que, solo a nivel europeo (y a pesar del Brexit), un impuesto del 0,1% sobre las transacciones financieras podría reportar hasta 57.000 millones de euros al año, sin tocar las carteras de la mayoría-.

En diciembre de 2020, la Comisión Europea recordó que era posible alcanzar un acuerdo sobre el impuesto sobre las transacciones financieras en el marco de una cooperación reforzada (no se requiere unanimidad en este asunto) y declaró que esperaba un acuerdo antes de finales de 2022.

Sin embargo, aún no se ha alcanzado ningún acuerdo. La pandemia del covid-19 y la guerra de Ucrania han centrado, por supuesto, la atención de los jefes de Estado europeos en los dos últimos años, pero ahora es más urgente que nunca alcanzar un acuerdo para crear este impuesto sobre las transacciones financieras.

57 000 millones al año podría tener un efecto catalizador en las negociaciones sobre el clima que se están celebrando en la COP27.

Crear un impuesto sobre la especulación puede hacerse en un año. Esta creación no sería más que un paso en la financiación de la transición ecológica, pero un paso decisivo que permitiría relanzar una dinámica fuerte y sostenible, en Europa y en los países del Sur, creando un gran número de empleos sostenibles en todas partes.

Por ello, los firmantes de este llamamiento instan a los dirigentes europeos a concluir cuanto antes las negociaciones sobre la creación de un impuesto sobre las transacciones financieras, cuya parte principal de los ingresos se destinaría directamente a la acción por el clima en Europa y en los países del Sur, especialmente los más afectados. Los firmantes piden también a los dirigentes de los demás países signatarios de los acuerdos de París que cooperen en el establecimiento de impuestos similares.