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El universo de los de abajo, los intelectuales y el derecho a la existencia

Jesús García Gualdras

Hay un texto del libro “ La economía descalza” de Manfred Max Neef, que a su vez cita al historiador sueco Vilhem Moberg que refleja fielmente a qué se llama el universo de los de abajo.

       << En nuestras lecturas de historia siempre faltaron aquellos que sembraron y cosecharon los campos, derribaron los bosques, abrieron caminos, construyeron palacios, castillos y fortalezas, ciudades y casas.

            De todos los que pagaron impuestos, mantuvieron a clérigos, ediles  y funcionarios sólo hemos tenido visiones fugaces, aquí y allá.

            De todos aquellos ejércitos caídos por la madre patria en tierra extranjera nos faltan los soldados rasos, sus esposas que los esperaban, toda la clase de servidores, hombres y mujeres………….los vagabundos desposeídos, los “indefensos” que no tenían ni tierra ni hogar. Esta gente que integra las filas de aquellos “invisibles” a los ojos de la historia es, paradojalmente, la misma gente que ha hecho posible la historia “visible”>>

Pues bien, todo este conjunto de maltratados por los poderosos y olvidados siempre por la historia, también son los que históricamente son lanzados, como fuerza de choque, por la minoría dominante contra sus propios valedores y contra los elementos de sus propias filas más concienciados en revertir la situación, y esto que es una  característica rastreable en la historia de las sociedades, cuando menos desde el neolítico, en el sistema capitalista es el primer obstáculo ideológico, antes incluso que como fuerza “militar.”

El sistema capitalista es triplemente perverso: es tóxico porque “envenena” al individuo y lo encadena a ser un egoísta compulsivo, obviamente es contagioso, dado que todos, de alguna manera, acabamos siendo “coherentes” con la primera condición y es adictivo porque acrecienta permanentemente el deseo de ganar, acumular y consumir, guerreando todos contra todos. Es evidente que las tres características se retroalimentan entre sí amplificándose el desastre.

Esta toxicidad contagiosa y adictiva del capitalismo se convierte en toda una concepción mental, individual y colectiva, que es la primera “trinchera” que hay que tomar en la batalla cultural por la disputa del “sentido común” (que diría Antonio Gramsci).

Esta concepción mental influye e interactúa con los otros elementos básicos de lo que llamamos sistema………….(instituciones, formas organizativas, relaciones sociales, modo de producción, tecnologías y sus innovaciones, relaciones con la naturaleza) y las impregna de esa triple perversidad. Las instituciones se convierten en entes lejanos, oscuros y autoritarios; las organizaciones en un cúmulo de intereses de sus aparatos de poder, en el marco de unas relaciones internas absurdamente jerarquizadas; las relaciones sociales son “un sálvese quien pueda permanente”, un permanente “mirar al otro como amenaza….y no como promesa”,(que diría E. Galeano);  innovaciones tecnológicas encaminadas a la pura ganancia y muchas veces perjudiciales, pero disfrazadas de “beneficiosos efectos” y producidas con caducidad premeditada; un modo de producción disparatado donde las personas son “recursos humanos” y donde se hacen estudios sobre los problemas de la industria “derivados de las personas”, en vez de estudiar los problemas humanos derivados de la industria y los modos de producir; y por último, pero no menos importante, las relaciones con la naturaleza, que más que relación es pura depredación y destrucción de la biosfera, y por ende, de las bases materiales de la propia existencia humana.

Al hilo de lo dicho considero pertinente reproducir una reflexión de David Harvey en su obra “el enigma del capital.”

<< Evidentemente, no se puede responder a la famosa pregunta de Lenin.

¿Qué hacer?, sin alguna estimación de quién podría hacerlo y dónde, pero es poco probable que surja un movimiento anticapitalista global sin disponer de alguna perspectiva de qué es lo que hay que hacer y por qué. Se da así un doble bloqueo, la falta de visión alternativa impide la formación de un movimiento de oposición, al tiempo que la ausencia de tal movimiento entorpece la articulación de una alternativa, y este doble bloqueo nos deja inermes frente a las inevitables futuras crisis del capitalismo, con resultados cada vez más letales.>>

Por otra parte, siendo acertada la reflexión de Harvey, el capitalismo se enfrenta, por primera vez en la historia, a límites ecológicos y medioambientales que entran en contradicción con su propia dinámica de acumulación continua y de reproducción ampliada,(que diría Rosa Luxemburgo), siguiendo nuevamente a Harvey…….y a otros, <<el crecimiento exponencial sin fin no es posible……….se está llegando a un límite en la acumulación continua de capital que no se puede superar sino creando ficciones provisionales>>, ……que cada vez van a “beneficiar” a menos gente, de donde el resultado práctico es la creación de “islas de riqueza” protegidas por muros, alambradas………y reglamentaciones, (¿castillos medievales?), en medio de océanos de miseria atravesados por vías de comunicación, “entre islas”, físicas, virtuales, incluso simbólicas. A su vez esos océanos de miseria están “ocupados” por gente, millones y millones de personas, que en último término, hemos de ser conscientes, son un estorbo para el capitalismo, millones y millones de personas que ya no le sirven a los patrocinadores del capitalismo ni siquiera como esclavos.

Desde su punto de vista, los patrocinadores del capitalismo, no cabe la menor duda de que también se han hecho la famosa pregunta. ¿Qué hacer?, ¿ Le habrán dado respuesta?, ¿Han decidido implementarla?,…..¡¡ da vértigo pensarlo!!. Al comienzo del libro “el horror económico” de la autora Viviane Forrester hay una reflexión donde flota este…….. “vértigo” y que merece la pena reproducir, <<Vivimos en medio de una falacia descomunal, un mundo desaparecido que se pretende perpetuar mediante políticas artificiales. Un mundo en el que nuestro concepto del trabajo y por ende del desempleo carecen de contenido, y en el cual millones de vidas son destruidas y sus destinos aniquilados.

            Se sigue manteniendo la idea de una sociedad caduca, a fin de que pase inadvertida una nueva forma de civilización en la que solo un sector ínfimo, unos pocos, tendrán alguna función. Se dice que la extinción del trabajo es apenas coyuntural, cuando en realidad, por primera vez en la historia, el conjunto de los seres humanos es cada vez menos necesario.

            Descubrimos –dice la autora –que hay algo peor que la explotación del hombre, la ausencia de explotación; que el conjunto de los seres humanos es considerado superfluo, y que cada uno de los que integran ese conjunto tiembla ante la perspectiva de no seguir siendo explotable >>.

Llegados a este punto sería bueno entresacar algunas conclusiones descriptivas,

-Vivimos bajo un sistema criminalmente perverso, en términos humanos, ecológicos y medioambientales.

-Está gobernado por una minoría de codiciosos patológicos, o estúpidos integrales, o malvados destructivos,……………o una mezcla de las tres “cualidades”

-Esta minoría tiene en sus manos un poder hegemónico que nunca a lo largo de la historia ha poseído clase dominante alguna, y además a escala planetaria…….poder político, económico, social,………incluso cultural a través del control de todos los medios de reproducción simbólica,…………industria editorial, cinematográfica, medios de comunicación, universidades, etc……..

-Para el manejo de los resortes de este inmenso poder, es necesario todo un plantel de políticos serviles, abogados, economistas, ingenieros y técnicos de variadas disciplinas, contables, y muy importante, comunicadores e incluso artistas y académicos, todos ellos, directa o indirectamente a sueldo de la minoría descrita.

Un esquema de funcionamiento podría ser el siguiente, los políticos entregan en bandeja consejos de ministros cocinados al gusto en forma de decreto, y legislación adecuada, para que los abogados diseñen ingenierías fiscales y laborales, privatizaciones de servicios públicos………; los economistas  creen modelos de negocio basados en burbujas especulativas, creación de monopolios “naturales” y  construcción de un suerte de peajes privados (comisiones bancarias, facturas de energía, precio de los medicamentos,………), por donde todos los ciudadanos deban de pasar……y pagar obligatoriamente; los ingenieros inventen montones de artilugios o innovaciones de dudosa necesidad, que a su vez están diseñados con obsolescencias programadas de antemano con la intención de recortar el tiempo entre compra, producción y nueva compra, con un derroche de recursos escandaloso, y ya en muchos casos peligroso; los contables “fabriquen” cajas B, C, D,……o las que haga falta, empresas ficticias, testaferros, paraísos fiscales, etc; y los comunicadores, académicos y artistas, no menos serviles que los políticos, tanto por lo que dicen como por lo que callan, tienen la misión de crear imágenes de miedo y confusión en las poblaciones expoliadas, cuando surgen los intentos de cambio, o bien imágenes amables de los expoliadores, para hacernos creer que sus intereses son también los nuestros.

Al final consiguen que tengamos la percepción de estar rodeados por un “bosque de enemigos”, cuando la realidad es que es el bosque el que está siendo amenazado y expoliado por unos pocos y que nosotros somos ese bosque diverso, aunque no nos veamos, o más bien no nos reconozcamos.

El problema fundamental que flota en toda esta reflexión es la falta de libertad real de las personas, por no estar garantizado el derecho previo a todos los demás, que es el derecho a la existencia, la vida de las personas está  sometida a la precariedad laboral, social y por lo tanto existencial, el problema es que las herramientas que les permitirían a las personas diseñar sus proyectos de vida ( la tierra; el trabajo y el conocimiento), todas mercantilizadas, se han traducido a dinero, y éste, traducido a salario para la mayoría de lo que llamamos el universo de los de abajo, salario cada vez más precario, y más fantasmagórico porque ya no va a existir para la mayoría.

Desde hace algún tiempo se viene debatiendo la cuestión de la precariedad desde distintas alternativas, (rentas mínimas, rentas garantizadas, rentas incondicionadas, trabajo garantizado), no es intención de este artículo entrar a discutir los pros y los contra  de estas propuestas, pero sí intentar aportar alguna idea para clarificar la discusión. Si aceptamos que al capitalismo le sobra mano de obra y que ya, de ninguna manera, el mercado va a crear empleo para todos y todas (en realidad nunca lo ha hecho), hemos de reconocer que una garantía de ingresos condicionada a estar desempleado, es no reconocer que el desempleo masivo ya es, y va a seguir siendo, marca de identidad del capitalismo mientras dure, el trabajo garantizado tiene una buena base teórica pero creo que cae en una contradicción parecida. Según Eduardo Garzón(con el que tuve la ocasión de debatir este tema), el trabajo garantizado permite visibilizar trabajo necesario que el mercado no remunera,(es cierto), y permite cubrir “los tiempos en que el mercado no proporciona empleos”, hasta que el “mercado vuelve a recuperar el  nivel óptimo”, y aquí es donde está la contradicción, si se entiende que el mercado va a recuperar su nivel óptimo,…¿se va a dejar de hacer trabajo, que se había decidido como necesario?, y si se entiende que el desempleo va a ser estructural, no cabe hablar de “recuperación del nivel de empleo”.

En cualquier caso, bienvenido sea el debate sobre la precariedad, por mi parte soy partidario de la renta básica incondicionada, pero parafraseando a un antiguo dirigente de Comisiones Obreras (López Bulla), “la renta básica de ciudadanía es una idea que no hay que defenderla como si fuera un pavo real espectacular, error que se suele cometer con las ideas rompedoras, sino como una gallina,…..un señora gallina muy útil para avanzar y seguir debatiendo sobre los problemas que nos acucian”.

La renta básica incondicionada puede ser la cuña en las grietas del sistema capitalista que permita la entrada de todos los debates necesarios y urgentes que se nos plantean, y que esos debates sean con la participación de la ciudadanía, porque “la libertad no consiste tanto en poder decir lo que se piensa, sino en poder pensar lo que se dice”, (que diría Antonio Machado).

La renta básica de ciudadanía es una herramienta cuyo ADN filosófico es el derecho inalienable a la existencia, el cual a su vez, puede ser el germen para revertir esas concepciones mentales provocadas por la toxicidad contagiosa y adictiva del capitalismo, permitiendo la desmercantilización de las condiciones básicas de la existencia, y por lo tanto interactuando en la misma dirección con los otros elementos de lo que llamamos sistema, descritos anteriormente.

Zigmunt Bauman, en su obra “En busca de la política” , explica que la justificación primordial de la incondicionalidad de un ingreso ciudadano es que una república plena necesita ciudadanos libres para afrontar los debates necesarios, dice textualmente “una república plena necesita gente confiada, gente sin miedo existencial,…..gente segura”.

Por último, para que los debates necesarios y urgentes se den, considero fundamental la labor……y el atrevimiento necesario de lo que llamamos intelectuales de todos los campos, académicos de todas las disciplinas, gente de la comunicación y gente del mundo del arte, para denunciar y desenmascarar a este sistema,  criminalmente perverso……… y a sus patrocinadores, que en este trozo de planeta se llaman IBEX 35, (se den todos por nombrados, con los banqueros a la cabeza), es fundamental también,(siempre lo ha sido), que estos mismos intelectuales, sobre todo del mundo del arte y de la comunicación, construyan imágenes de mundos alternativos y de caminos a transitar porque “los poetas son los primeros en soñar los sueños que soñamos”, por eso:

-Se necesitan poetas que te apunten al pecho con su arma cargada de futuro, música y canciones de protesta,…………..que protesten ahora,……y del ahora.

-Se necesitan artículos de código penal,…….que penen el chantaje del hambre, sentencias que sentencien la plena nulidad de la ley del banquero.

-Se necesitan “Miserables”, “Uvas de la ira”, “Santos inocentes”, “Aguas de las colinas”, “Pan y rosas”,…… traducidas a historias y personajes del siglo XXI.

Historias de banqueros codiciosos y familias desahuciadas,……de obreros sin empleo malviviendo de las chapuzas,……de abuelas dando de comer a sus nietos y nietas de futuro robado.

Historias de cajeras de centro comercial,…… de camareras y camareros,……de vigilantes y de personal de limpieza,……con empleos de tres horas a la semana, o bien, con jornadas infinitas y turnos de trabajo que les joden la vida.

Historias de jóvenes, muchachas y muchachos, que deambulan por calles y por plazas, con la vida jodida,…..por no tener ningún maldito turno de trabajo.

Historias de emigradas y emigrados por medio mundo, expulsados de sus hogares, para con suerte, trabajar algunas horas sirviendo copas,……..y algunos con mejor suerte,…….pero también expulsados.

Historias de muros y pateras,………de guerras y alambradas, la historia de muertes en el mar……..buscando un horizonte,……que están pidiendo a gritos poetas que las canten, pintores que las pinten y escritores que cuenten……….sus historias.