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Trabajadores de Amazon de toda Europa piden dejar de ser “esenciales” y el cierre de plantas

Este articulo ha aparecido originalmente en Cuarto Poder

Eva Kopecká y Jose A. Cano

BRATISLAVA- Los trabajadores de Amazon están en pie de guerra por toda Europa. El gran gigante de la distribución mundial ha sido considerado servicios esenciales en los países de cierres más severos, como España e Italia, y continuado su actividad regular en los de cuarentenas más leves, como Eslovaquia o Alemania. Los sindicatos de todo el continente coinciden en sus quejas: no se respetan las recomendaciones de seguridad de ningún país, la compañía presta servicios que no son de primera necesidad y no se realizan mapas epidemiológicos que puedan certificar si una planta se ha convertido en foco de contagio.

“Nuestro mayor enemigo ha sido nuestro propio Gobierno al considerarnos esenciales”, afirma Mayte Amate, sindicalista de CGT en la planta de San Fernando de Henares, la más grande de España y una de las tradicionalmente más incómodas para la empresa, que encabezó las movilizaciones de la huelga de 2018, entre otras. El sindicato calcula que alrededor de unos 200 trabajadores de 2.200 se han acogido a algún tipo de baja, “en algunos casos entendemos que por protegerse ellos mismos y a sus familias”.

La petición por la que luchan sus representantes es “un mapa epidemiológico que permita comprobar si la planta es un foco de infecciones. Eso implicaría el cierre y entendemos que por eso la empresa se niega en redondo. Pero es irresponsable porque ni siquiera se cumplen las medidas de seguridad”. CGT ha presentado hasta cuatro contrainformes a los datos aportados por Amazon, sin resultado”.

El pasado lunes 23 de marzo la Inspección de Trabajo realizó una visita de casi 10 horas a la planta de San Fernando. La conclusión fue que se están respetando los protocolos recomendados por la OMS, aunque los sindicatos alegan que es solo “sobre el papel”. A la hora de la verdad “no se cumple porque es imposible, no se están entregando ni mascarillas ni guantes y se pide a los trabajadores que traigan los suyos”.

Otro problema lo plantean las devoluciones. El sindicato ha recogido quejas sobre el protocolo para tratar paquetes devueltos por usuarios que no puedan recogerlos por estar aislados tras haber sido diagnosticados o presentar los síntomas. En esos casos, “¿cuánto tiempo hay que esperar para tratar ese paquete? La empresa dice que como las devoluciones se realizan en 72 horas es seguro, pero en realidad no lo sabemos ni existen unas medidas que protejan a quienes los manejan” afirma Amate.

En Eslovaquia cierra todo menos Amazon

España no es un caso único. En Eslovaquia se encuentran dos importantes centros para la infraestructura de Amazon en Europa: la planta logística de Malacky, cerca de la capital Bratislava, y la de devoluciones de Sered’, en la vecina región de Trnava. En esta última el sindicato Moderné Odbory Amazon ha llegado a denunciar que dos directivos regresados desde focos de contagio –Indonesia y España– no llegaron a pasar la cuarentena obligatoria en el país desde mediados de marzo para cualquier eslovaco que regresase en el extranjero. El caso está en manos tanto de la policía eslovaca como de la Oficina de Salud del país, aunque los trabajadores siguen esperando respuesta.

En el país eslavo grandes multinacionales con importantes centros de fabricación como Volskwagen o Kia, han paralizado completamente su actividad. “Por eso no se entiende por qué Amazon no”, afirma Daniela Učňová, portavoz de Moderné Odbory. Argumentan que “la empresa se comprometió a dedicarse solo a la comida y los productos sanitarios, pero no es cierto. Estamos trabajando estas semanas con todo tipo de productos”.

Sobre las condiciones de trabajo, añade que en ningún momento se ha proveído de mascarillas ni guantes a los trabajadores cuando el Gobierno las impuso como obligatorias desde el pasado 16 de marzo. También se han incumplido las normas de limpieza, ya que, aseguran desde el sindicato, se han llegado a reducir los turnos. El sindicato tampoco ha recibido ninguna información sobre con qué frecuencia se desinfectan instrumentos de trabajo como carros o caja o el mismo espacio en el que se desarrolla su labor.

Los incumplimientos con las normas que marca el propio Gobierno eslovaco llegarían hasta el espacio entre trabajadores, que no llega a los 2,5 metros recomendados, aunque según Učňová “no nos permitieron comprobarlo”, o el comedor, en el que al pedir más separación entre las personas o más turnos para no masificarlo “se instalaron dos carpas en el parking, una para fumadores y otra para no fumadores”.

Finalmente, aunque se alcanzó el acuerdo de subir los sueldos 1,5 euros la hora y abonar las horas extras, los sindicatos se quejan de que aún no se haya firmado. La legislación aprobada por el recién elegido nuevo Gobierno eslovaco para el estado de emergencia incluye que se puedan aplicar medidas sin acuerdo en condiciones especiales sin acuerdo con la representación de los trabajadores. La sindicalista insiste: “Lo que queremos es el cierre de la planta mientras dure la pandemia”.

Alemania, Polonia e Italia en movilización

Mechthild Middeke, portavoz del sindicato alemán Ver.di en la planta de Bad Hersfeld, explica que tuvo que ser la propia representación de los trabajadores la que diese las primeras instrucciones a estos sobre medidas de seguridad. Los trabajadores alemanes de Amazon llegaron a movilizarse en los primeros momentos de la pandemia bajo el lema “no somos robots” y exigen mayores y mejores medidas de limpieza en los puestos de trabajo, una reivindicación común a la mayor parte de plantas de logística del gigante, según han constatado, ya que se incumple tanto la separación entre empleados como la frecuencia de la desinfección. Como afirman los panfletos repartidos por la organización de Middeke a sus compañeros: “¡Nuestra salud es más importante que los precios o los beneficios!”.

Francia e Italia ya han visto huelgas y protestas a la entrada de las plantas muy similares a las de Alemania. El sindicato CGIL italiano, que ya organizó varios paros en 2018 y 2019 alrededor de fechas pico de actividad como el Black Friday o Navidad, afirma que la mayoría de centros de logística están trabajando con productos corrientes y que los de primera necesidad no estarían suponiendo ni el 10% del total de lo facturado. A finales de marzo, se organizaron huelgas en Calenzano, en la provincia de Florencia, y protestas en las fábricas de Piamonte, Lacio y Lombardía.

En Polonia las plataformas sindicales OZZ Inicjatywa Pracownicza y NSZZ Solidarność exigieron el pasado 20 de marzo, ante la empresa y el propio gobierno polaco, el cierre de todos los centros de Amazon en el país. La multinacional se negó, ofreciendo un bonus de 4 zlotys (0,61 euros) por hora trabajada entre el 15 de marzo y el próximo 30 de abril, aunque sin especificar las condiciones de cobro de dicho aumento.

En un comunicado emitido a principios de este mes, los sindicatos polacos se unían a la petición de negociar directamente con la máxima representación de la empresa en Luxemburgo y afirmaban: “Nos hemos dado cuenta de que las ventas online están alcanzando cifras record en tiempos de crisis, pero como trabajadores y trabajadoras sabemos que estos beneficios no repercutirán en nuestros bolsillos. Somos conscientes de que las plantillas de Amazon en toda Europa se enfrentan a los mimos problemas y reivindicamos también el cierre de los almacenes de Amazon en todos los países”.