Skip to content

El crecimiento no es la solución: nivel de desarrollo en los Estados Unidos y España

Albino Prada – Comisión JUFFIGLO de ATTAC España

A comienzos del año 2017 con edición del Foro Económico Mundial se divulgó un informe en el que evalúa el desarrollo social inclusivo en los países del mundo « The Inclusive Growth and Development Report 2017», World Economic Forum. Para ello se define un Índice de Desarrollo Inclusivo estimado como media (aritmética) de doce indicadores agrupados en tres dimensiones. En la primera -rotulada como crecimiento y desarrollo- incluye la riqueza por habitante, el empleo, la productividad laboral y la esperanza de vida. En la segunda -denominada inclusión- se promedian los ingresos por hogar, la rateo de pobreza, y la desigualdad relativa tanto al ingreso como a la riqueza.

Para ello se define un Índice de Desarrollo Inclusivo estimado como media (aritmética) de doce indicadores agrupados en tres dimensiones. En la primera -rotulada como crecimiento y desarrollo- incluye la riqueza por habitante, el empleo, la productividad laboral y la esperanza de vida. En la segunda -denominada inclusión- se promedian los ingresos por hogar, la rateo de pobreza, y la desigualdad relativa tanto al ingreso como a la riqueza.

Ya en la tercera dimensión, relativa a la equidad intergeneracional y a la sostenibilidad, se incluyen cuatro indicadores relativos al ahorro, a la deuda pública, a la rateo de dependencia y a la intensidad de carbono por unidad de producto.

Este indicador de síntesis se presenta para un total de 107 países debido a que en no pocos países del mundo no se ha podido disponer de toda la información necesaria. En el informe se elabora un ranking de dichos países que se acompaña de la respectiva posición de cada país en lo relativo a su PIBpc en el año 2015.

Cuando un país mejora su posición, o al menos la mantiene, en inclusión social respecto a la que detenta por su riqueza (PIBpc) podemos considerar que transforma adecuadamente crecimiento económico en desarrollo, y cuando empeora su posición diremos que no se produce una transformación virtuosa del crecimiento en desarrollo.

Con la misma intención de evaluar la virtuosa -o no- transformación del nivel medio de riqueza por habitante de un país en desarrollo social hemos elaborado recientemente por nuestra parte un Índice de Desarrollo Social también para el conjunto de los países del mundo « Empirical Analysis of the Transformation of Economic Growth into Social Development at an International Level». En nuestro caso hemos incorporado quince indicadores agrupados en cinco dimensiones estimando el índice de síntesis como media geométrica de las mismas y para un único ranking de 158 países.

La primera dimensión denominada salud incorpora cuatro indicadores: la esperanza de vida al nacer, la tasa de mortalidad materna, la tasa de mortalidad cardiovascular o por diabetes y el gasto público en salud como porcentaje de la riqueza nacional. En la segunda dimensión, relativa a la educación, se incorporan otros cuatro: los años esperados de escolaridad, la población con enseñanza secundaria completa, la tasa de matriculación en enseñanza superior y el gasto público educativo como porcentaje de la riqueza nacional.

La tercera dimensión tiene que ver con el medio ambiente y se basa en dos indicadores: la huella ecológica y las emisiones per cápita que causan el efecto invernadero. En la cuarta dimensión se incorpora la inclusión en el empleo con dos indicadores: la tasa de participación femenina y la tasa de paro juvenil. Y ya, por último, en la quinta dimensión recogemos tres aspectos del bienestar social: la desigualdad, la tasa de homicidios y la tasa de suicidios.

Como sucediera con el indicador de síntesis presentado por el Foro Económico Mundial también nos fijamos de forma especial en las posiciones que asciende, o desciende, un país respecto a la que detenta en ingreso por habitante del año 2012, para destacar en un caso los países que potencian más su desarrollo (para un semejante nivel de riqueza) y aquellos con una deficiente inclusividad o desarrollo social en relación a su nivel de riqueza.

Datos para España y Estados Unidos.

Como analizo en mi reciente ensayo “ El despilfarro de las naciones” mientras que el nivel medio de riqueza de España era en 2012 un 60% del de EE.UU. (y sus posiciones en el ranking de nivel de crecimiento entre los países más ricos del mundo eran 29º y 7º respectivamente), en el nivel de desarrollo humano que estima Naciones Unidas las posiciones eran mucho más semejantes.

Lo que quiere decir que un más elevado crecimiento económico no es ninguna garantía para transformarlo en desarrollo humano que cuantifique calidad sanitaria o educativa.

Con el más amplio indicador de desarrollo inclusivo hecho público por el Foro Económico Mundial sucede algo semejante, ya que España ocupa en este caso la posición 26ª mientras que EE.UU. se sitúa en la posición 23ª. Ahora de una brecha de catorce posiciones -en nivel de crecimiento y riqueza- pasamos a apenas tres posiciones menos en desarrollo inclusivo.

La causa es que -en este caso- los Estados Unidos empeoran catorce posiciones respecto a su nivel de riqueza, lo que lo convierte en uno de los países menos inclusivos –y menos virtuosos en trasformar crecimiento en desarrollo- entre los países ricos.

Sin embargo los Estados Unidos con nuestro índice de desarrollo social empeoran nada menos que 80 posiciones, lo que lo convierte en uno de los países que más empeora su situación de entre los 158 analizados. En este caso de estar veintiuna posiciones por encima de España en nivel de crecimiento, pasaría a estar cincuenta y ocho posiciones por debajo de nuestro país en desarrollo social. Países como Polonia, Kenia, Georgia o India (con un muy inferior nivel de crecimiento económico a los Estados Unidos) igualarían su nivel de progreso o bienestar social.

En los tres casos revisados aquí (índice de desarrollo humano, índice de desarrollo inclusivo e índice de desarrollo social) el muy superior nivel de crecimiento económico de Estados Unidos comprobamos que no es ninguna garantía de un muy superior nivel de desarrollo social y ambiental. El crecimiento no garantiza el progreso social.

Conclusión.

A la vista de las evaluaciones realizadas no parece que sea un sinsentido perseguir una mejora del progreso social (desarrollo inclusivo y sostenible) sin crecimiento (de la producción y del consumismo). Como titula  Antón Costas su prólogo a mi ensayo. Al argumento anterior, que en España igualamos o superamos el nivel de desarrollo social de Estados Unidos con mucha menos riqueza por habitante, habría que añadir el que en los últimos años el crecimiento económico español no se está viendo acompañado de una mejora del desarrollo inclusivo, sino de su deterioro, como cuantifica la publicación del Foro Económico Mundial.

Publicado en eldiario.es