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Existe un impacto directo entre lo que comemos y la salud

Oriols Casas / Carme Munté – Catalunya Cristiana

¿Por qué tantas personas mueren de hambre en el mundo mientras otras despilfarran los alimentos? Una de las causas principales es la especulación de los precios y la exportación subvencionada de los excedentes agrícolas europeos y norteamericanos a los países pobres.

Esther Vivas es periodista e investigadora en movimientos sociales y políticas agrarias y alimentarias. Ha trabajado en el análisis de los impactos del modelo agrolimentario y las alternativas desde la soberanía alimentaria y el consumo crítico.

 ¿Se producen actualmente suficientes alimentos para toda la población mundial?
Sí, en el mundo hay una sobreproducción de comida. De hecho, según datos de las Naciones Unidas, se calcula que en este momento hay alimentos para doce mil millones de personas, cuando en el planeta somos siete mil millones. Por lo tanto, hay comida para todos y aún sobra. El problema es la falta de democracia para acceder a la comida. El reto es que la comida acabe en el estómago de las personas y que no se tire, como tristemente suele pasar.

¿Qué políticas provocan que este excedente de comida no llegue a las personas?
La lógica que impera en el mundo de la agricultura y la alimentación es la del máximo beneficio para las empresas del sector. Por tanto, si no puedes pagar el precio de la comida no tienes acceso a ella. Hace años que asistimos a problemas de malnutrición en muchos países de África, Asia o América Latina. Su modelo tradicional de agricultura ha sido abolido en beneficio de un modelo de monocultivo dedicado a la exportación. También en nuestro país empezamos a vivir este problema del hambre. En el contexto de crisis económica muchas personas tienen dificultades para comprar comida, mientras que los supermercados cada día tiran comida a carretadas.

A esta problemática hay que sumarle el exceso de comida o el hecho de no llevar una dieta saludable.
Sí, por un lado está el problema del hambre en el mundo y, por otra, el problema de la malnutrición sociada al mal comer. En el mundo prácticamente hay el mismo número de personas que pasan hambre y que sufren obesidad. Esto tiene que ver con el modelo de alimentación que han promovido grandes empresas del sector. Es un modelo que favorece el consumo de comida que elaboran a bajo coste, generalmente de baja calidad, y que presentan atractivo gracias a la publicidad. Pensamos que estamos comiendo de la mejor manera posible cuando, en cambio, acabamos sufriendo enfermedades como la diabetes de tipo 2, problemas de sobrepeso, obesidad, problemas cardiovasculares y determinados tipos de cáncer. Por tanto, existe un impacto directo entre lo que comemos y nuestra salud. En general, aquellos que menos recursos económicos tienen son los que destinan más de sus ingresos a comprar comida pero acaban comprando productos de peor calidad que, además, hace que enfermen.

Seguir leyendo la entrevista aquí.

http://esthervivas.com/