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Las euromarchas recorren el centro de Bruselas para forzarla a escuchar su «No» al TTIP

Alejandro López de Miguel publico.es

Manifestantes contra el TTIP, en la plaza de Luxemburgo de Bruselas. / ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL
Manifestantes contra el TTIP, en la plaza de Luxemburgo de Bruselas. / ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL

La Comisión Europea no quiere dar marcha atrás con el tratado secreto TTIP, pero hoy Bruselas se ha vuelto a ver obligada a escuchar el mensaje contra el acuerdo comercial que negocia con EEUU. Las euromarchas han cerrado este sábado su agenda en la capital belga con una manifestación desde el mismo Parlamento Europeo hasta el Real Palacio de la Moneda, para lanzar una nueva advertencia a la Comisión: no quieren el TTIP, ni tampoco las políticas neoliberales que abandera el Ejecutivo comunitario.

Bajo el lema «No a la austeridad. No al TTIP», cerca de dos millares de ciudadanos europeos de distintos países han cortado el tráfico en varias de las calles más céntricas de Bruselas y las han llenado de pancartas, pegatinas contra el TTIP y consignas contra las políticas «antisociales» de las instituciones europeas, acompañados por el sonido de los tambores y con la Orquesta Solfónica del 15-M esperando para recibirles al final del trayecto.

«La manifestación es la guinda final para lo que han hecho Euromarchas en Bruselas, hacer sinergia y construir red contra tratados como el TTIP», asegura a este diario Lola Sánchez, europarlamentaria de Podemos. «Han sido días de protesta y protesta», apunta Marina Albiol, europarlamentaria y portavoz de IU en la Eurocámara.

«Hemos puesto en cuestión las políticas del Banco Central Europeo, del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional; esas políticas de recorte y austeridad y esos tratados de libre comercio que se están negociando. Ha habido varios talleres y mesas de trabajo», apostilla Albiol. La europarlamentaria de Izquierda Unida explica que las jornadas de «reflexiones colectivas» han sido productivas, «sobre todo por la presencia de movimientos sociales» y por la cantidad de activistas venidos del Estado español -más de ciento cincuenta personas-.

«Para nosotros las Euromarchas son un soplo de aire fresco», apunta Florent Marcellesi, portavoz de Equo en la Eurocámara. Marcellesi cree que la iniciativa ha servido para introducir sus protestas en la agenda mediática, para difundir sus propuestas para la construcción de otra Europa a pesar del «cerco policial».

Manifestantes contra el TTIP y las políticas neoliberales, en las calles de Bruselas. / FABRIZIO BENSCH (REUTERS)
Manifestantes contra el TTIP y las políticas neoliberales, en las calles de Bruselas. / FABRIZIO BENSCH (REUTERS)

El frío no acompañaba, tampoco la amenaza de lluvia, pero aseguran estar satisfechos. «Las euromarchas han ido muy bien, y si hay miles de personas, mejor», explica a Público Pedro Arrojo, coportavoz de esta iniciativa. Las euromarchas partieron desde los cuatro puntos cardinales del Viejo Continente hace unos días —más de dos semanas, en el caso de la columna española— y han aglutinado a cientos de colectivos distintos para clamar contra el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP, por sus siglas en inglés), contra la pobreza y las políticas de austeridad, y contra la gestión de Bruselas de la situación por la que pasan cientos de miles de refugiados y migrantes que llaman a sus puertas y no encuentran más que el silencio.

Los organizadores avanzan que planean repetir la iniciativa en 2016, y Arrojo defiende que esta debe servir para seguir tendiendo puentes entre movimientos sociales y plataformas europeos para formular propuestas concretas al modelo del Ejecutivo comunitario en todos los campos. «Nos hemos reunido con los homólogos de las mareas blancas de 26 países, pedimos que cada marea y cada frente de lucha siga trabajando donde está y que abra una ventana de diálogo con el resto de países en ese terreno» explica el portavoz de las Euromarchas.

Además de las políticas públicas o la situación de los refugiados, el TTIP ha sido el elemento más presente entra las reivindicaciones. Desde este jueves, los activistas han organizado distintos talleres sobre el acuerdo transatlántico, la alianza comercial UE- Canadá (CETA) y sobre algunos de los peligros concretos de estos acuerdos, como el mecanismo que permite a las multinacionales demandar a estados ante paneles arbitrales (ISDS).

Las negociaciones del polémico TTIP comenzaron a mediados de 2013, el CETA está mucho más avanzado y listo para su ratificación, pero hasta hace muy poco eran completamente desconocidos para la opinión pública en España. «Ya hemos partido el melón en los medios, ya empiezan a hablar abiertamente de estos tratados y la grandísima oposición que provocan entre los movimientos sociales», asegura Sánchez. La eurodiputada de Podemos, que para desarrollar una red entre parlamentarios europeos para actuar contra estos acuerdos, defiende que la línea a seguir debe ser intentar que se implique el máximo número de personas posible en las futuras movilizaciones.

«La presión contra el TTIP está creciendo, se vio en la manifestación en Berlín que reunió hace una semana a más de 200.000 personas; se ve en las más de tres millones de firmas contra el acuerdo», apunta Marcellesi. Así, y frente a los tratados comerciales secretos y las políticas de austeridad dictadas por organismos no elegidos democráticamente por los ciudadanos, como el BCE, el FMI o la propia Comisión Europea, Marcellesi pone en valor la importancia de iniciativas como la que durante esta semana ha tenido lugar en Bruselas. «Al final, las Euromarchas son una democratización de Europa desde abajo», zanja.